Justicia y Paz de Europa refuerza su solidaridad con el pueblo ucraniano

Justicia y Paz de Europa refuerza su solidaridad con el pueblo ucraniano
Las secretarías generales de Justicia y Paz de Europa, reunidas en Berlín, por no considerar la localidad ucraniana de Lviv suficientemente segura, han reafirmado su solidaridad con el pueblo ucraniano y han pedido “aumentar la presión sobre la Federación Rusa a fin de terminar con el derramamiento de sangre y el sufrimiento”, a los dos años del inicio del conflicto.

En su comunicado, recuerdan que “la invasión rusa a gran escala y no provocada de Ucrania, que incluye bombardeos de terror contra la población civil, crímenes de guerra y una ocupación brutal, ha obligado a más de seis millones de personas a abandonar su patria y buscar refugio en el extranjero. Además, 3,6 millones de personas han sido desplazadas internamente”.

Conscientes de que las personas refugiadas llevan ya dos años sin poder regresar a “una patria liberada” y que el pueblo de Ucrania arriesga sus vidas “también por la libertad y la seguridad del resto de Europa”, sienten “el deber moral de ampliar nuestra ayuda para proteger sus vidas”, por lo que acogen con satisfacción la decisión del Consejo Europeo de iniciar negociaciones con Ucrania sobre su adhesión a la UE.

Además, expresan que “como creyentes cristianos y personas europeas, sentimos el llamamiento de practicar una solidaridad continua”, en especial, mostrando empatía y comprensión hacia el pueblo ucraniano, “incluidas las personas refugiadas, que temen constantemente por sus seres queridos, abandonados en Ucrania, y cuyas vidas, dignidad y libertad están amenazadas”.

Igualmente, los responsables de Justicia y Paz han salido al paso de los intentos de enfrentar a “diferentes grupos de personas necesitadas”, utilizando el aumento del coste de la vida por la guerra, para afirmar que “ninguna forma de nacionalismo etnocéntrico y de racismo es compatible con los valores cristianos”.

Recordando al papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti, cuando dice que “al amor no le importa si el hermano herido es de aquí o es de allá. Porque es el amor el que rompe las cadenas que nos aíslan y separan, tendiendo puentes; amor que nos permite construir una gran familia donde todos podamos sentirnos en casa”, se sienten llamados a crear” un marco que permita a las personas refugiadas –no solo de Ucrania– llevar una vida que les posibilite al menos un cierto grado de normalidad e integración en la sociedad de acogida”.

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Por último, hacen un llamamiento, extensible a sus socios de otros continentes para que se dirijan del mismo modo a sus gobiernos, a “utilizar todos los medios diplomáticos disponibles para aumentar la presión sobre la Federación Rusa” a fin de terminar con el derramamiento de sangre y el sufrimiento y a esforzarse.

Paz en Tierra Santa

La Comisión Justicia y Paz de Jerusalén ya había pedido rezar muy especialmente durante la pasada Navidad, “por la paz en Belén, en Gaza y en toda Tierra Santa”, así como por “el fin de la violencia y la liberación de las personas cautivas”; “por un alto el fuego permanente y por el amanecer de un tiempo de diálogo en lugar de opresión, de justicia en lugar de soluciones impuestas, de convivencia en lugar del sueño de deshacernos unas personas a otras”.

Entonces desde el corazón del conflicto, Justicia y Paz imploraba “a quienes ocupan puestos de poder que ayuden a poner fin a un conflicto que dura ya más de un siglo, que faciliten el camino hacia una paz justa basada en la igualdad, para que esta guerra sea la última y nuestros hijos e hijas testimonien por fin de la esperanza en lugar de la desesperación”.

Recientemente, la Comisión General de Justicia y Paz se sumó a la campaña  por La Paz en Palestina, en el marco de la cual, tres activistas realizaron una huelga de hambre de 16 días, en la que se insta a detener el comercio de armas con Israel y apoyar, como ya ha hecho Bélgica, la denuncia presentada por Sudáfrica contra Israel por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU. “Como entidades cristianas, hacemos nuestras y asumimos las palabras del papa Francisco quien ha pedido reiteradamente que “las diferencias se resuelvan con el diálogo y la negociación y no con una montaña de muerte”.

Por otro lado, el próximo domingo 25 de febrero, en la segunda jornada de movilización estatal, se ha convocado un centenar de manifestaciones en otras tantas localidades del país para pedir el alto el fuego en Palestina.