La Iglesia de Sevilla pide que la empresa y el trabajo sean reflejo de fraternidad
Las XIV Jornadas de Acción Conjunta contra el paro de Sevilla, dedicadas a “La economía de Francisco y Clara. Una economía al servicio de la persona y la defensa de la vida. Retos para el trabajo”, hacen un llamamiento, en sus conclusiones finales, a poner en práctica la comunión como respuestas a las diversas emergencias que planean hoy en día sobre nuestro mundo.
Antes los riesgos que la crisis climática, la guerra mundial permanente, la pobreza y la desigualdad, la amenaza totalitaria y los desplazamientos masivos de personas, la iniciativa de la diócesis de Sevilla, en la que participa Pastoral Social – Justicia y Paz, Migraciones, Cáritas Diocesana, Pastoral Obrera, Pastoral Penitenciaria, Fundación Cardenal Marcelo Spínola, Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Hermandades del Trabajo (HHTT), Movimiento Cultural Cristiano (MCC), Movimiento de los Focolares y la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), insiste en que “disponemos de medios humanos y técnicos, y de experiencia suficiente para dar las respuestas necesarias”.
Así, manifiesta en su comunicado que “hoy tenemos realidades concretas de otra economía, otra empresa, otra forma de vida, trabajo y consumo; otro modelo de felicidad, otra relación con la naturaleza…”, que “tienen un denominador común”: la comunión” que responden a la esencia más profunda del ser humano: “ser comunidad, pertenecer a un nosotros–familia, barrio, ciudad…-, que nos configura y nos sostiene para crecer y desarrollarnos como pueblo”.
De ahí que Acción contra el paro de Sevilla llame a restablecer la comunión de las personas entre sí y de estas con la naturaleza partiendo de la constatación de que no hay nada ni nadie que sea autosuficiente, nada ni nadie que sea independiente, sino que toda la realidad y todas las personas existimos dentro de un ecosistema de interdependencia y comunión”.
Al igual que el principio dinamizador de la vida de Francisco y de Clara de Asís fue la fraternidad, es decir, “vivir como hermanos y hermanados con la naturaleza, en agradecimiento a Dios como Padre universal”, el papa Francisco sueña con sea también el principio de una nueva economía.
De tal modo que “esta esencia fraterna, y no el beneficio y enriquecimiento individual, debe constituirse como el principio estructurador de la nueva y necesaria empresa, y del necesario y nuevo trabajo centrado en la primacía de la persona, que posibilite experimentar que su actividad las une en el servicio y amor a todas las demás. Especialmente a las más empobrecidas y desamparadas”.
La iniciativa diocesana, integrada desde 2014 en el Plan Pastoral de la Iglesia de Sevilla, considera que “la economía, la empresa y el trabajo deben ser expresión de esta fraternidad, “deben posibilitar el desarrollo integral de las personas”, de toda la persona y de todas las personas, restableciendo, “la indisoluble relación entre necesidades humanas, satisfacción de las mismas y derechos inherentes al trabajo de cada persona”, convirtiéndose en “instrumentos privilegiados para afrontar el problema del cambio climático, para que “Dios no se arrepienta de habernos dado las llaves de la tierra”, y generando “las condiciones necesarias para que las personas jóvenes puedan construir una vida autónoma, libre, capaz de crear su propia familia al servicio de una sociedad fraterna”.
La economía que defiende Francisco llama a que las empresas y la organización del trabajo sirvan además para “acoger a las personas migrantes, garantizar sus derechos, posibilitar el agrupamiento familiar y crear en sus propios países las condiciones necesarias para que nadie se vea obligado a abandonar su país para poder vivir”; ponerse al “servicio de la persona en su integridad, no solo al servicio de sus necesidades, posibilitando su desarrollo material, cultural, espiritual y relacional, el desarrollo integral de toda la persona en comunión con todas las personas”.
Bien común, protección del medio ambiente y respeto a la dignidad de la persona
En síntesis, “la economía, la empresa y el trabajo han de favorecer la fraternidad, el bien común, la protección del medio ambiente y, ante todo, el respeto de la dignidad de la persona y de su desarrollo integral”.
Para ello, defienden Acción contra el Paro de Sevilla, en línea con la encíclica Fratelli tutti, “la política debe servir al pueblo, preocupándose de la fragilidad de los pueblos y de las personas. Cuidar la fragilidad quiere decir fuerza y ternura, lucha y fecundidad, en medio de un modelo funcionalista y privatista que conduce inexorablemente a la “cultura del descarte”. […] Significa hacerse cargo del presente en su situación más marginal y angustiante, y ser capaz de dotarlo de dignidad”.
Las jornadas han acogido la ponencia del profesor titular de Economía Política en la Universidad del País Vasco y colaborador de noticiasobreras.es, Joaquín Arriola, que repasó la situación geopolítica y geoeconómica mundial y el estancamiento moral y político del proyecto Europa y reflexionó sobre el nuevo paradigma de la llamada Economía de Francisco. También participaron Isabel Cuenca y Joaquín Castellón, quienes expusieron los principios y orientaciones de la Doctrina Social de la Iglesia, como inspiración de estilos de vida comprometidos y fraternos.
Redactor jefe de Noticias Obreras