Trabajadores cristianos piden trabajo digno y con derechos en el día de la Sagrada Familia

Trabajadores cristianos piden trabajo digno y con derechos en el día de la Sagrada Familia
Ante la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia que la Iglesia celebra el domingo después de Navidad, la HOAC de Córdoba destaca la importancia del trabajo digno, “para que las familias obreras puedan vivir y realizar su misión de cuidar y acompañar la vida humana”.

La devoción a la sagrada familia como grupo arraigó en el siglo XVII, pero se estableció de manera oficial en 1921 bajo el papado del Papa Benedicto XV, aunque en 1969 se estableció el la Navidad como el tiempo propicio para su celebración.

Este año, que cae en 31 de diciembre, la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida invita a “contemplar a san José y a la Virgen María como modelo de acogida de Jesucristo, el Verbo de Dios encarnado”.

En el mensaje los prelados de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida explican que “uno de los mayores males que afectan a nuestra sociedad es el individualismo exasperado, que nos lleva a idolatrar el propio ego”. Y de ello surge la soledad y tantas formas de pobrezas afectivas, consecuencia de aislamientos y rupturas y la ausencia de verdadero diálogo y compañía.

El departamento episcopal de familia y vida recuerda que la “la vivencia de la comunión familiar es un verdadero antídoto contra este mal tan característico de nuestro tiempo”, ya que “la familia, fundada y vivificada por el amor, es una comunidad de personas”

Sin embargo, existen muchos condicionantes que a menudo impiden a las familias su desarrollo pleno. Así, la HOAC de Córdoba recuerda que “varios millones de familias tienen a todos sus miembros en paro y otras muchas, aunque tengan algún trabajo, es tan precario, que no garantiza cubrir las necesidades básicas”.

También advierte “que muchas, demasiadas personas y familias han perdido sus hogares, que no pueden pagar los servicios básicos de luz, agua… Que han pasado de la pobreza extrema a la marginalidad y la exclusión”.

En un comunicado ante la fiesta de la Sagrada Familia, indica que “la persistencia de esta realidad se convierte cada día más, en una profunda crítica y denuncia de la perversión en el funcionamiento de nuestras sociedades”.

De ahí que alerte de que “cuando los intereses del capital fuerzan la maquinaría de la precariedad y la exclusión, no solo se pierden puestos de trabajo y se producen situaciones clamorosas de injusticia, sino que, como sociedad, perdemos mucho más”.

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La organización de trabajadores cristianos señala que vida en común la convivencia familiar se ve afectada por el paro y la inseguridad laboral, como ha manifestado el propio papa Francisco:

“La disminución de los puestos de trabajo y la precariedad laboral, tienen también un impacto negativo en el plano económico por el progresivo desgaste del capital social, es decir, del conjunto relaciones de confianza fiabilidad y respeto de las normas, que son indispensables en toda convivencia civil” (LS 128).

Para la HOAC, “las familias obreras, especialmente las más empobrecidas, son las víctimas de una organización de la sociedad que no tiene al ser humano como prioridad”, por lo que denuncia que “el no reconocimiento de sus derechos sociales y su empobrecimiento suponen un fracaso de la política y la negación práctica de Dios”.

En estas circunstancias, no puede más que expresar que “el sistema productivo cuyo objetivo principal y prioritario es la obtención del máximo beneficio es el máximo oponente de la experiencia y vivencia de la vida familiar”, por lo que, siguiendo al papa Francisco, plantea que el trabajo tiene que incorporar la dimensión del cuidado:

“Un trabajo que no cuida, que destruye la creación, que pone en peligro la supervivencia de las generaciones, no es respetuoso con la dignidad de los trabajadores y no puede considerarse decente”.

El movimiento de trabajadores cristiano recoge el llamamiento de Bergoglio a “crear una nueva mentalidad que piense en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos” y recuerda que su encíclica Fratelli tutti hace un llamamiento a las familias a cumplir “una misión educativa primaria e imprescindible. Ellas constituyen el primer lugar en el que se viven y se transmiten los valores del amor y de la fraternidad, de la convivencia y del compartir, de la atención y del cuidado del otro…”

“La situación actual nos plantea un reto. La HOAC y sus militantes, desde nuestra identidad obrera y cristiana, además de la denuncia y la reivindicación pretendemos, con nuestras reflexiones y gestos, un cambio de mentalidad de quienes ven lógico que la familia esté supeditada a las necesidades de producción y promovemos experiencias de comunión con las familias más empobrecidas”, termina el comunicado.