La diócesis de Granada conmemora el 41 aniversario del encierro de mujeres trabajadoras en la catedral

La diócesis de Granada conmemora el 41 aniversario del encierro de mujeres trabajadoras en la catedral
Las “telaras”, mujeres trabajadoras que protagonizaron una lucha por la defensa de sus puestos de trabajo al encerrase en la catedral de Granada, reciben un homenaje en la diócesis.

Este miércoles, en el salón de actos de la archidiócesis de Granada, las “telaras”, mujeres trabajadoras de una empresa de fabricación de alfombras de La Zubia, se volvieron a reunir para compartir las experiencias –y las emociones– del encierro en la Catedral que protagonizaron en mayo del año 1982 y que marcó un hito en la lucha laboral y feminista.

Durante cinco días, la lucha de estas mujeres, que además provocó una huelga general en toda La Zubia, permitió mejorar sus condiciones de trabajo, acordar un nuevo convenio colectivo, y defender sus puestos de trabajo ante la amenaza de deslocalización del telar La Alpujarreña que planteaba llevarse la producción a Filipinas, para aprovechar los bajos costes laborales y con obra de mano barata.

Un acto de reconocimiento a su lucha por un trabajo decente y a la solidaridad, organizado por el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) y por la Pastoral Obrera y del Trabajo de la archidiócesis de Granada.

Conchi Quesada, una de las “telaras” que lideró la huelga, recuerda el acompañamiento que tuvieron del sindicatos “Nos enseñaron que había otra forma de luchar, que no estábamos solas y aprendimos por ejemplo cómo se hacía una asamblea”, según recoge Mercedes Navarrete.

La nula voluntad de negociación de la empresa para establecer un nuevo convenio colectivo fue el detonante para realizar su encierro en la catedral del Granada. El 27 de mayo de 1982, 110 trabajadoras, trece de ellas embarazadas, acamparon en la catedral negándose a salir hasta que se firmaran el convenio. Esta expresión de lucha solidaria por la dignidad laboral hizo que todo el pueblo de La Zubia se movilizara para defender su futuro.

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El 31 de mayo de 1982, CCOO y la patronal firmaban el preacuerdo del convenio colectivo y el encierro culminaba “entre abrazos y lágrimas”. El convenio estableció una subida salarial del 9,5%, la jornada laboral de 41 horas semanales, entre otros avances. La Alpujarreña sigue en La Zubia.

Aquella lucha de las mujeres trabajadoras tuvo un efecto más profundo: logró un cambio de mentalidad en el pueblo. “Ya no había que poner la excusa de afilar las tijeras para poder ir a Granada a comerte un bocadillo en el Aliatar o salir sin los maridos”. “Conquistaron la libertad en todos los sentidos. Los hombres y los maridos cambiaron y avanzaron también”, según cuentan las protagonistas.

El encierro en la catedral fue un acto en defensa de la dignidad de cada una de ellas, una acto de resistencia, también de solidaridad y de unidad, que a la vez se considera esencial en la lucha por los derechos de las mujeres en la provincia de Granada.