El sínodo sigue rezando por la paz y ahondando en la “conversión a la escucha”
La sesión informativa del sínodo en la Sala de Prensa de la Santa Sede confirmó que las personas participantes siguen invocando la paz, al tiempo que profundizan en la conversión a la escucha, la acogida de la diversidad y el papel de las mujeres.
El expresidente de FRATER España, Enrique Alarcón García, llegó a la sala de prensa en silla de ruedas, para ofrecer sus impresiones de la asamblea. Comenzó dando gracias, “en primer lugar al Santo Padre que me ha querido en el Sínodo. Porque mi presencia no ha sido una mera formalidad, no me han puesto aquí para exhibirme como una bandera”.
Si en el mundo los discapacitados no son tenidos en cuenta y quedan bajo el peso de la falta de consideración en el ámbito laboral, escolar y formativo, en la Iglesia no es así. Y el Sínodo lo está demostrando, dijo Enrique: “Ahora, en la Iglesia, nos sentimos parte activa, estamos evangelizando a los miembros. Se está produciendo un verdadero cambio”.
Por primera vez, la sesión ha estado presidida por una mujer: María de los Dolores Palencia Gómez, de la orden de San José de Lyon, quien desde hace más de cincuenta años se dedica a acoger y asistir a cientos de migrante. La religiosa destacó que no se trata de una casualidad, “sino un modus vivendi que se abre camino en la Iglesia, llamando a todos los bautizados y bautizadas a la corresponsabilidad y, al mismo tiempo, respetando toda diversidad”.
En el Sínodo, aportó su experiencia de apoyo incondicional e inclusión de personas a menudo olvidadas y marginadas en la sociedad. “Lo que estamos viviendo es un camino de escucha muy atenta que se hace eco de la voz del Espíritu Santo”, declaro en sala de prensa.
El padre Mauro Giuseppe Lepori, abad general de la Orden Cisterciense, ante los periodistas, volvió a insistir en “la conversión a la escucha”. “En este nuevo método sinodal que estamos experimentando, se comprende que todos los miembros están recorriendo juntos un largo camino”, dijo el religioso, quien reconoció que le ayudaba el hecho de ser uno de los delegados de la Unión de Superiores Mayores de Italia.
Igualmente, se refirió a la forma de las mesas en los círculos menores: “Son redondas, y el hecho de estar unos junto a otros en pequeños grupos ayuda a establecer relaciones profundas y amistades íntimas”.
Lepori respondió, al ser preguntado sobre si se ha abordado el papel de las mujeres en la sala sinodal, respondió que “no es un tema dominante en el Sínodo: no se habló de ello, pero sí del diaconado femenino” y explicó que la asamblea “evita abordar los problemas sacándolos de su contexto. En mi opinión, lo más importante para las mujeres es la cuestión de su participación en la vida activa de la Iglesia”, afirmó.
La asamblea sinodal esta semana conoció la noticia de la muerte del secretario de Cáritas Siria y el fallecimiento del hermano de un miembro del Sínodo.
Tras la inauguración oficial, fue la ocasión de profundizar en las implicaciones de lo que supone una Iglesia sinodal y de ir asumiendo el procedimiento de “conversar en el Espíritu”, módulo A, para empezar a tratar el módulo B1 “Una comunión que se irradia”.
En la siguiente semana, ya se ha completado este modulo y han empezado las tareas en torno al módulo B2, “Corresponsables en la misión”, el tercero en que está dividido el Instrumentum laboris. El método de trabajo utilizado parte de la introducción del relator genera, luego una reflexión espiritual y otra teológica, y finalmente la presentación de testimonios. Las más de 300 personas asistentes, divididas en 35 grupos abordan luego las cuestiones que vienen plasmadas en el documento de trabajo.
El cardenal Hollerich, en su introducción sobre la comunión, proclamó que “la Santísima Trinidad es la base de todas las comuniones”, e insistió en que “todos están invitados a formar parte de la Iglesia”. El padre Timothy Radcliffe, en su reflexión espiritual, presentó la Iglesia sinodal como “aquella en la que nos formemos para un amor sin posesiones”, mientras que la teóloga Anna Rowlands dijo que la comunión es “el fundamento de la realidad y la fuente del ser de la Iglesia”, llamando a pensar “en la comunión como primera y última palabra de un proceso sinodal”. Cuatro testimonios de cómo vivir la sinodalidad desde Brasil, las iglesias orientales y el mundo asiático, completaron la presentación de este módulo.
Tras una visita a las Catacumbas de Roma, un momento en que los participantes de la Asamblea Sinodal pudieron respirar el aire de los primeros cristianos, el viernes iniciaron los trabajos del módulo dedicado sobre la corresponsabilidad en la misión. Una misión que es de todos los bautizados, hombres y mujeres, “el bautismo de las mujeres no es inferior al de los hombres” señaló el cardenal Hollerich, que destacó la importancia de la misión en el campo virtual.
La Monja benedictina Maria Grazia Angelinim en referencia a un mayor reconocimiento y promoción de la dignidad bautismal de la mujer, destacó su íntima relación con las actitudes de Jesús y la vida de las primeras comunidades cristianas, fundamental para “el bienestar de la Iglesia”. El teólogo argentino Carlos Galli insistió en el aspecto sinodal que tiene la corresponsabilidad también en la evangelización.
Los testimonios a cargo de la religiosa Gloria Liliana Franco, y la hermana Xiskya Lucía Valladares y fundador de Juan Diego Network, José Manuel de Urquidi, además del obispo Stephen Ameyu Martin Mulla, versaron sobre el papel de la mujer en la Iglesia, cuya andadura “está llena de cicatrices, de coyunturas que han supuesto dolor y redención”; sobre la misión en el ambiente digital, “un territorio idóneo para una iglesia sinodal misionera en la que todos los bautizados asumen corresponsabilidad por evangelizar”; y del obispo, llamado a promover “una comunión misionera dentro de la Iglesia diocesana” y “favorecer una mentalidad configurada por el pensamiento sinodal”.
Redacción de Noticias Obreras.