Christine Isturiz, copresidenta del MMTC: “Se está perdiendo la fe en mejorar las condiciones de trabajo”

Christine Isturiz, copresidenta del MMTC: “Se está perdiendo la fe en mejorar las condiciones de trabajo”
Christine Isturiz ha resultado elegida copresidenta del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC). De orígenes navarros, esta exempleada de la antigua Caja Postal francesa y sindicalista asume el reto de coordinar la defensa del trabajo decente y el cuidado de la creación respetando la identidad de las organizaciones asociadas.

En la asamblea celebrada en Lourdes (Francia), los delegados y delegadas del MMTC coincidieron en señalar la urgencia de promover la fraternidad desde la lógica del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, al tiempo que reafirmaron su compromiso de impulsar el cambio personal y cultural para pasar de una «economía que mata» a una «economía de vida».

El concepto de “trabajo decente” acuñado en 1999 por la Organización Internacional del Trabajo, Juan Somavia y apoyado por el Vaticano, convertido también en el objetivo de Desarrollo Sostenible número 8, es también una reivindicación asumida por el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos. ¿Cómo se celebra este año por su organización?

Llevamos años con esta reivindicación en un montón de países y movimientos, promoviendo una reflexión sobre el trabajo digno. El MMTC cada año pide a la organización de un país en concreto que redacte un comunicado sobre su situación. Esta vez ha sido Nicaragua, que vive situaciones diferentes por ejemplo a las de Europa, pero con ente que viene a trabajar aquí.

Debemos escuchar lo que dicen las personas, familias y organizaciones de trabajadores y mirar a nuestro alrededor, en nuestras comunidades de vida, en el trabajo, en el barrio, en la parroquia para plantear qué es el trabajo digno, quién accede y quién no a él y qué falta para conseguirlo.

¿Qué sentimientos tiene tras ser elegida copresidenta del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos?

Me alegro de participar en esta misión, a propuesta de la Acción Católica Obrera (ACO) de Francia. Conocí el MMTC y participé en las asambleas de Porto en 1996 y Sao Paulo en 2000 y también a unos cuantos encuentros del MTCE durante la misma época. Es para mí una suerte enorme poderme reunir, con trabajadores, hombres y mujeres, cristianos o creyentes en la gran diversidad de movimientos que compone el MMTC.

Es también un reto, coordinar y animar, con mi copresidente, en medio de la diversidad de idiomas y realidades de cada organización. Cuento con el dinamismo de todo el equipo para que, pasando de las dificultades de idiomas, propongamos según las orientaciones de la Asamblea un plan de trabajo en que cada país pueda entrar con su realidad y sus fuerzas.

¿En qué momento se encuentra la organización del MMTC?, ¿cuáles son sus fortalezas y debilidades?

He sentido en Lourdes, tras la pandemia, unas ganas muy grandes, una necesidad esencial de reunirse, compartir nuestras realidades, nuestras dificultades, nuestra fe, nuestra esperanza para avanzar juntos a pesar de nuestras diferencias.

Somos todos diferentes, tanto en Europa como en el resto del mundo, por el número de miembros, la historia de nuestro país y de la Iglesia, la cultura, etc.

Los movimientos que practican la revisión de vida, como la vivimos en HOAC o ACO, y los que desarrollan una acción más parecida a la de las ONG tenemos en común el esfuerzo por mostrar la realidad y la riqueza de la vida del mundo obrero y campesino, y de decirnos cuán importante es fortalecerse en la lucha por la dignidad de las personas y poder compartir nuestra fe.

Nos interesa analizar y buscar la
respuesta adaptada para mejorar las
condiciones de vida de los trabajadores y
trabajadoras, con o sin empleo

Nos interesa a todos analizar y buscar la respuesta adaptada para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras, con o sin empleo.

No sé si se puede hablar de debilidad, es un equipo totalmente renovado, lo que también significa novato, que empieza a caminar junto en octubre. Sabemos que podemos contar con los compañeros que han terminado su mandato, pero que seguirán apoyando a los consejeros en cada continente.

¿Qué tipo de liderazgo, qué modo de coordinación precisa una organización de este estilo, con historia, funcionamiento y prácticas tan diversas, por no hablar de las particularidades nacionales?

Más que liderazgo, desde mi punto de vista, me parece fundamental trabajar la comunicación y las relaciones de los movimientos. Nuestro nuevo equipo, Evariste y Tarcisio de África, el padre José, desde Latinoamérica y yo, desde Europa, trataremos, con el futuro tesorero, de expresar la diversidad y formar un equipo con las aportaciones de cada cual. Seguro que mis compañeros tienen su propio punto de vista muy valioso. Debatiremos y construiremos juntos.

Por ejemplo, ¿cómo trabaja la ACO de Francia en la actualidad, a la que usted pertenece?

ACO de Francia da mucha importancia a concientizar a sus militantes en el tema internacional, tanto a través de sus revistas, con una doble página internacional, las entradas en la web, etc. Comparte cada año los mensajes del MMTC o el MTCE. Una comisión internacional reúne dos o tres veces a los representantes en el MTCE, el MMTC, la comisión del consejo nacional y representantes del Comité Católico en contra del Hambre y para el Desarrollo (CCFD) con el equipo nacional.

Miembros de los equipos tienen compromiso en grupos locales de CCFD, también están presentes en la alfabetización, el apoyo a migrantes… Esas experiencias se comparten en los equipos, a veces, con debates interesantes.

¿Cómo le inspiran el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia a la hora de asumir sus responsabilidades al frente del MMTC?

Mi fe cristiana y mi experiencia de revisión de vida en la JOC y luego en ACO me convencen de que no hay mensaje más fuerte que el Evangelio.

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«He venido para que tengan la vida y tengan la vida en abundancia»…, vaya reto para que cada hombre y cada mujer tenga la vida en abundancia en cualquier lugar de mundo que viva. Estoy aún más convencida de esto y de que somos todos hermanos y hermanas en Jesús, e hijos del mismo padre, herederos y responsables del mismo mundo.

¿Cuáles son, a su juicio, las principales amenazas al mundo del trabajo en general?

A mi juicio, más basado en mi experiencia sindical y obrera, veo la ampliación del trabajo sin contrato o con contratos que protegen poco a los asalariados una gran dificultad para los jóvenes a la hora de acceder a un trabajo que le permita construir un proyecto de vida.

Las condiciones de trabajo tanto en el norte como en el sur, aunque, por cierto, con grandes diferencias, están empeorando, cuando las empresas recurren a la subcontratación, externalización y deslocalización. La igualdad entre las mujeres y los hombres está todavía por ganar.

La mundialización también aleja el centro de decisión de la base y muchos de nuestros compañeros pierden la fe en poder lograr mejores condiciones de vida, mediante la lucha.

Este es un gran reto, concienciar y acompañarles en un camino esperanzador. Con ocasión de la jornada del trabajo decente del 7 de octubre, ACO de Francia propuso a cada movimiento realizar unos videos de dos minutos de militantes o personas que caminan con nosotros con esta cuestión «en tu actividad profesional qué significa tener un trabajo decente» y compartirlas en redes…

¿Cree que la comunidad católica mundial está suficientemente concienciada de los riesgos que, para las relaciones sociales y humanas, suponen las transformaciones que atraviesa la humanidad?

Vamos a compartir ya con la comunidad MMTC, tenemos la gran suerte de poder ver como, desde naciones diferentes, nos afecta de forma parecida o a veces opuesta la misma transformación. Esto me llamó la atención en Lourdes y me pide personalmente estar muy atenta a las diferentes expresiones, convencida de que mejoraremos nuestros análisis con la experiencia de cada cual.

¿Cuáles son los problemas particulares de cada nación o región que deberían tenerse en cuenta en los debates del MMTC?

Cada movimiento, con apoyo de los demás, ha de llegar soberanamente a su propio análisis.

Lo que me parece fundamental es trabajar en lo que a todos nos llega: la condición de los migrantes, las retos políticos y económicos, la acción climática…

¿Cuáles son los mayores retos que tiene por delante el MMTC?

En Lourdes todos los movimientos han compartido su preocupación sobre el envejecimiento de sus miembros y para muchos, también, la disminución del número de sus miembros.

Mi fe y experiencia
me convencen de que no
hay mensaje más fuerte
que el Evangelio

Uno de los ejes de trabajo tiene que ir en dirección de los jóvenes. Cómo ofrecer un movimiento en el que pueden vivir como militantes. Me gusta mucho ese lema de la JOC de «Entre ellos, por ellos, para ellos». ¿Vamos a ser capaces de abrirnos a otras maneras de trabajar, organizar para dar un futuro a nuestros movimientos? Qué análisis tenemos y cómo compartirlos ?

¿Está el MMTC en condiciones de reforzar su papel como interlocutor internacional en foros y cumbres internacionales como los organizados por la OIT o en el propio Vaticano?, ¿debería ser una prioridad?

Hemos asistido, la secretaria general Mariléa y yo, a la primera semana de la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT como movimiento observador. Los tres temas trabajados en esta instancia este año son las normas de aprendizaje, la protección de los trabajadores y una transición justa. Estos temas estaban muy presentes en el seminario del mes de marzo.

Es importante saber si interesa también a nuestros movimientos escuchar estos debates y ver la implicación que supone para los delegados del grupo de trabajadores, si podemos o no tomar palabra. Ahora la única posibilidad es pedir intervenir cinco minutos en la plenaria, dentro de una lista de personas sin tema definido.

En el caso del Vaticano, después de la pandemia, la primera reunión de los moderadores de las asociaciones ha tenido lugar el 22 de junio. Organizada por el Dicasterio de los Laicos, Familia y Vida, con el tema «En misión con Pedro, apostolicidad en el corazón de la identidad de nuestros movimientos».

La mañana fue consagrada a dos aportaciones basadas en un texto del cardenal Ratzinger de 1998. Por la tarde, de los 85 movimientos y servicios de Iglesia, unos veinte fueron invitados a dar testimonio de lo que vivían. De los movimientos de Acción Católica solo salió la Federación Internacional de Movimientos Rurales de Acción Católica (FIMARC).

Envié nuestra aportación por correo electrónico justo con el encuentro terminado para intégralo en las actas del encuentro. No fue posible en tan poco tiempo intercambiar experiencias.

Una vez cada cuatro años el MMTC prepara una visita a Roma, mirando qué Dicasterios priorizar para nuestra misión y nuestros retos, cómo informar de la riqueza de la vida y acciones de nuestros miembros en los diferentes países con más tiempo para aportar e intercambiar.

Allí sí pienso que tenemos gran responsabilidad de llevar la vida de los trabajadores hasta ellos tan como lo queremos vivir en nuestras parroquias y diócesis.