Agenda 2030: por qué incumplirla vulnera los derechos humanos en todo el planeta

Agenda 2030: por qué incumplirla vulnera los derechos humanos en todo el planeta
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La Agenda 2030 es el gran logro del multilateralismo contemporáneo. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fueron concebidos con el propósito de abordar una amplia variedad de desafíos mundiales.

La humanidad se encuentra bien adentrada en el Antropoceno. Es una nueva época geológica generada por la actividad humana que ha colocado al sistema Tierra en una trayectoria desconocida. Frente al estado estable del Holoceno, el Antropoceno cuestiona la posibilidad de sustentar el mundo tal y como lo conocemos.

En consecuencia, estos rápidos cambios tienen importantes repercusiones a todos los niveles. De hecho, ya estamos experimentando puntos de inflexión que comienzan a desestabilizar nuestro planeta.

En este sentido, los ODS son una manera de mantener a la humanidad dentro de unos límites seguros que garanticen el bienestar de los seres humanos y los demás habitantes de la Tierra.

Los ODS son una forma de articular a los gobiernos, las organizaciones y la ciudadanía ante la necesidad de mantener unos límites seguros para el clima, la biosfera, el agua dulce, la alimentación y la salud, entre muchas otras cuestiones.

Un marco legalmente vinculante

Pero la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible no puede entenderse sin el marco que ofrecen los derechos humanos. Este es legalmente vinculante y los ODS pueden contribuir sustancialmente a la protección de los mismos.

Como establece el preámbulo de la Agenda 2030, los ODS “pretenden basarse en los Objetivos de Desarrollo del Milenio y completar lo que estos no lograron. Pretenden hacer realidad los derechos humanos de todos”. En su apartado 8 señala con claridad el deseo de lograr un futuro “en el que se respeten universalmente los derechos humanos y la dignidad humana, el estado de derecho, la justicia, la igualdad y la no discriminación; en el que se respete la raza, la etnia y la diversidad cultural; y en el que la igualdad de oportunidades permita la plena realización del potencial humano y contribuya a la prosperidad compartida”.

Por tanto, la Agenda 2030 se basa en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y es el resultado todos los acuerdos obtenidos en las grandes conferencias y cumbres de las Naciones Unidas que han sentado unas bases sólidas para el desarrollo sostenible y han contribuido a dar forma a la nueva Agenda. Entre ellas figuran la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollola Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sosteniblela Cumbre Mundial sobre Desarrollo Socialel Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, la Plataforma de Acción de Beijing y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible Río+20.

Los 17 ODS y los desafíos de la humanidad

La Agenda 2030 es una herramienta multilateral para continuar el esfuerzo internacional de respetar los derechos humanos. Y ese esfuerzo es un hito significativo, pues representa el compromiso de todos los estados miembros de Naciones Unidas para colaborar en los desafíos comunes de la humanidad. Por tanto, cuando hablamos de la Agenda 2030, ponemos en relación los siguientes puntos:

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En conclusión, los ataques a la Agenda 2030 son una amenaza directa a los derechos humanos y a todo el ordenamiento jurídico de la comunidad internacional. Atacar la Agenda 2030 es un retroceso irracional que nos introduce en un escenario unilateral que nos recuerda el abandono de Alemania, Japón e Italia de la Sociedad de Naciones. Es decir, nos recuerda las peores páginas de la historia de la humanidad.

 

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Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. 

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