Programa de Sumar: Semana laboral de 32 horas y cambio de paradigma empresarial

El proyecto político de Sumar para las elecciones generales del 23 de julio con el lema “Un programa para ti”, tiene 185 páginas que según la encargada de su redacción, María Eugenia Rodríguez Palop, “pone en el centro los derechos, sobre todo los de las personas más vulnerables”.

Contiene cinco capítulos, con múltiples epígrafes cada uno: “Economía”; “Una sociedad del bienestar, justa, saludable y verde”; “Un proyecto para ensanchar la democracia”; “Un programa internacional”; y “Un proyecto de educación, universidad, conocimiento…”

La parte económica alcanza las 80 páginas, con cinco subcapítulos, de los que los dos primeros, “Economía para una vida mejor” y “Trabajo decente. Mejorar la vida de las personas trabajadoras” recogen las principales menciones sobre el empleo.

De nuevo, encontramos la florida literatura habitual de las promesas electorales aderezada con las palabras fetiche de la orientación política en la que se inspira la coalición de partidos, con expresiones frecuentes de las organizaciones sociales. Algunas medidas, como ocurre en los programas de los demás partidos, no pasan de ser intenciones vagas y otras en este caso se acompañan con políticas puestas en marcha desde el ministerio de Trabajo.

La coalición que encabeza Yolanda Díaz se ha marcado reducir la tasa de paro al 7% al final de la legislatura y elevar la tasa de ocupación hasta el 70%. Además, promete establecer por ley en 2024 una jornada laboral máxima de 37,5 horas sin reducción de salario y abrir un proceso de diálogo social para seguir reduciendo la jornada hasta las 32 horas semanales.

Ley de usos del tiempo

Además, se compromete a desarrollar la Ley de usos del tiempo, ya esbozada en esta legislatura, con el fin de aumentar la autonomía de las personas trabajadoras en la gestión del tiempo de trabajo, promoviendo el derecho a adaptar los horarios de trabajo y el derecho a formas híbridas de trabajo (presencial y a distancia).

Igualmente plantea subir el salario mínimo interprofesional por encima del IPC anual e impulsar la firma de un gran pacto de rentas por la estabilidad de precios y favorecer el trabajo autónomo con garantías y valor reconocido, con prestaciones sociales adecuadas (jubilación, subsidio para mayores de 52 años, cese de actividad, con especial atención al cese por causas económicas, etc.)

Sobre las políticas activas de empleo, por ejemplo, se dice que se “cuidarán” los programas de empleo dirigidos a personas jóvenes (Garantía Juvenil), no muy exitosos a la vista de los resultados obtenidos, como también los orientados a las mujeres, mayores de 45 años y personas con discapacidad, con la participación, se especifica, de las corporaciones locales.

Se abunda en numerosas medidas para promover los permisos por razones de cuidado o necesidades formativas, además de por el refuerzo de las políticas industriales, la digitalización, la transición verde y la economía social.

Democratizar las empresas

Igualmente hay variadas propuestas para promover el cambio de modelo empresarial: “favoreceremos el aumento del tamaño medio de las empresas” o “democratizaremos las empresas, introduciendo mecanismos de mayor participación de las personas que trabajan en ella”, por ejemplo.

Bien explícitas resultan las menciones a las organizaciones sindicales, de la que se llega a decir que “debe afianzarse” su posición, como “figuras centrales de la representación colectiva del trabajo dentro y fuera de la empresa”. De hecho, hay un gran énfasis en recoger algunas de las propuestas que han venido realizando, además de profundizar en la protección social, las garantías para las personas trabajadoras y la regulación de nuevas formas de empleo surgidas de los nuevos modelos de negocio.

Jose Luis Palacios

Redactor jefe de Noticias Obreras