Fechas clave tras las elecciones del #23J

Fechas clave tras las elecciones del #23J
De Selbymay - CC BY-SA 3.0 wikimedia
La primera votación de investidura condicionará el escenario de una hipotética repetición electoral, que podría coincidir con Navidades

Después del proceso de votación del domingo 23J se ponen en marcha un proceso administrativo e institucional dirigido a renovar dos de los tres poderes el Estado de Derecho: el Legislativo (Cortes Generales) y el Ejecutivo (Gobierno).

Las nuevas Cámaras se constituirán el 17 de agosto y, a partir de ahí, entrará en juego el Rey, que abrirá una ronda de consultas con los portavoces parlamentarios en busca del candidato a la investidura.

No todos los plazos están reglados, pero estas son las fechas clave:

28 de julio. Comienza el escrutinio general en las juntas electorales provinciales, que tienen hasta el lunes día 31 para completar su labor. Es un recuento público donde ya se incluyen los votos del extranjero de los inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA).

A partir del 8 de agosto. Una vez resueltos todos los recursos, se proclamarán los resultados y las juntas electorales irán expidiendo las credenciales para que los diputados y senadores puedan presentarse en el Congreso y en el Senado para acreditarse. El desfile de los nuevos parlamentarios para hacer el “papeleo” se espera a partir del jueves, 10 de agosto.

17 de agosto. A las diez de la mañana se constituyen simultáneamente, cada uno en su sede, el Congreso y el Senado. Es el día en el que los parlamentarios eligen a los presidentes y las Mesas de las Cámaras y prometen o juran la Constitución. Ese mismo martes, la persona que ocupe la Presidencia de la Cámara baja se desplazará al Palacio de la Zarzuela para informar al Rey.

La elección de la Mesa del Congreso será el primer test de los pactos con los partidos nacionalistas e independentistas a los que tendrá que llegar el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para ser investido de nuevo y continuar en La Moncloa.

Las votaciones para la elección de los nueve miembros de la Mesa son secretas –es decir, se realizan con papeleta y urna– y la primera es la elección de la Presidencia. La logrará la persona que obtenga el voto de la mayoría absoluta. Si en la primera vuelta no hay aspirante que logre esos 176 votos, se repetirá la votación entre los dos con más apoyos y se hará con el puesto quien obtenga más papeletas (mayoría simple).

El PSOE aspira a retener la Presidencia del Congreso, un puesto que ocupa la catalana Meritxell Batet desde abril de 2019. Tendrá que sellar pactos, además de con Sumar, con otras formaciones de las que han venido apoyando al Gobierno de coalición y a las que podría ofrecer a cambio algún puesto en la Mesa.

La elección del o la aspirante socialista en la primera votación necesitaría del concurso de PSOE (122) y Sumar (31) y al menos el de ERC (7), Junts (7), EH Bildu (6) y PNV (5). Todos ellos suman 178 diputados, dos más de los 176 requeridos para este trámite.

Lo previsible es que el PP, como partido mayoritario, también aspire a presidir la Cámara. De hecho, ya lo intentó en 2019, siendo segunda fuerza, presentado para el puesto a Ana Pastor. Para asegurarse la elección tendrá que contar con Vox.

Ambos suman 169 diputados que pueden llegar a 170 con el respaldo del que tiene Unión del Pueblo Navarro, o incluso a 171 si convencen a la de Coalición Canaria, con lo que, en principio, parece imposible que pueda lograrlo en primera vuelta.

La única opción quizá sería intentar algún acuerdo con el PNV, aunque hoy por hoy, no parece factible, puesto que los nacionalistas vascos ya han dejado claro, en palabras de su portavoz, Aitor Esteban, que ellos con Vox, “nada de nada”.

Si hay que ir a una segunda votación, al PSOE le haría falta el apoyo de Sumar, ERC, Bildu, PNV y BNG (reúnen 172) y le bastaría con el voto en blanco de los siete diputados de Junts. Superarían en un voto a los 171 de PP, Vox, UPN y, en el mejor de los casos, Coalición Canaria.

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Tras la elección de la Presidencia hay que designar en una primera votación a los cuatro vicepresidentes y después a cuatro secretarios, resultados elegidos los que más papeletas obtengan en cada una de las tandas. Es decir, cada bloque deberá repartir los votos con los que cuente en total para intentar amarrar los puestos que deseen. Por ejemplo, de las 172 papeletas que podría reunir el gobierno de coalición y sus socios se podrían destinar 100 para asegurar una vicepresidencia o una secretaria y el resto para otro de estos puestos.

21 de agosto. Tras ser informado de la composición del Congreso, lo previsible es que el Jefe del Estado convoque en Zarzuela esa semana del 21 de agosto a los representantes de todas las formaciones con presencia en el Congreso para decidir a quién encarga someterse a la Sesión de Investidura.

24 de agosto. Se calcula que en esa fecha acabará el plazo de cinco días hábiles para formar los grupos parlamentarios del Congreso, siguiendo las previsiones reglamentarias. Después, la Mesa del Congreso deberá ratificar los grupos parlamentarios para constituir la Junta de Portavoces, que es el órgano que ordena las sesiones plenarias y distribuir los escaños del hemiciclo.

Primera semana de septiembre. Constituidos los grupos parlamentarios y la Junta de Portavoces, y repartidos los asientos del hemiciclo, ya se podrán convocar sesiones plenarias. Si los resultados electorales ofrecen una mayoría clara o hay acuerdo entre algunas fuerzas políticas, se calcula que como muy pronto el Debate de Investidura podría celebrarse a finales de agosto o, más factible, la primera semana de septiembre. Será investido presidente aquel candidato que consiga la confianza del Congreso por alguna de estas dos vías: en la primera votación sumando la mayoría absoluta (176 diputados) o, en una segunda oportunidad, 48 horas después, logrando más votos a favor que en contra.

La fecha de esa primera votación de investidura condiciona el calendario en caso de una repetición electoral, ya que, en caso de bloqueo, las Cortes se disolverán al cumplirse dos meses de esa fecha para celebrar elecciones 47 días después.

A partir de la votación, se abren dos escenarios:

a) Gobierno en septiembre: Si se ha logrado la investidura al primer intento, el nuevo presidente podría tomar posesión el 8 de septiembre y ya nombrar de inmediato a sus ministros. Con un Ejecutivo ya en el banco azul se podrá celebrar la Sesión Solemne de Apertura de Legislatura, presidida por el Rey, lo que no se espera hasta octubre.

En todo caso, las comparecencias de los nuevos ministros en sus respectivas comisiones del Congreso para exponer sus planes no podrán celebrarse hasta la tercera semana de septiembre porque antes los grupos parlamentarios deben llegar a un acuerdo sobre la composición de las comisiones, cuyo número y nombre depende de los departamentos del Ejecutivo, luego éstas deben constituirse.

b) ¿Elecciones repetidas en Navidades? Por el contrario, si no se ha logrado la investidura en ese debate, tras la primera votación fallida comienza a contar un plazo de dos meses para posibles nuevos intentos. Eso implica que, si hay un fracaso a principios de octubre –como ocurrió con las fallidas investiduras de Pedro Sánchez en marzo de 2016 y julio de 2019–, y si no se logra una alternativa viable en los dos meses posteriores, habría que disolver las Cortes nuevamente en noviembre y celebrar elecciones a los 47 días, o sea en fechas navideñas.