Un Día Mundial del Comercio Justo para conocer los productos que “le sientan bien a todo el mundo”

Un Día Mundial del Comercio Justo para conocer los productos que “le sientan bien a todo el mundo”
En el Día Mundial del Comercio Justo, las organizaciones que defienden este modelo de intercambio comercial llaman a la ciudanía a practicar hábitos de compra equitativos y sostenibles, porque “le sienta bien a todo al mundo”.

Es el lema de la campaña que se desarrolla a través de numerosos actos de calle convocados por toda la geografía de nuestro país, especialmente en las localidades donde se sitúan las más de 60 tiendas de Comercio Justo.

La Coordinadora Estatal de Comercio Justo ha querido en esta ocasión denunciar la condiciones abusivas de trabajo, la explotación infantil o la destrucción de bosques que se esconden detrás de productos cotidianos como el café, el cacao, el azúcar, el té o la ropa y recordar precisamente que los productos de Comercio Justo garantizan los derechos laborales y humanos y respetan el medioambiente.

Los bienes de consumo a los que se refiere el movimiento de Comercio Justo  generan ingresos millonarios para unas pocas empresas, cuya producción se ubica principalmente en países de América Latina, Asia o África.

En Uganda, los campesinos y las campesinas reciben el 6% del precio final del producto, mientras que la empresa multinacional recibe el 50%, en un mercado que genera unos 200.000 millones de dólares al año.

En los dos principales países productores, Ghana y Costa de Marfil, las familias cacaocultoras reciben un 40% menos del precio que deberían cobrar para poder cubrir costes y tener una vida digna. Se calcula que en las plantaciones de cacao, solo en esos dos países, más de 1,5 de menores trabajan haciendo tareas peligrosas como manipular químicos o usar machetes.

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La recogida de caña de azúcar (también conocida como la “planta de la miseria”), o del té se realiza con frecuencia en situaciones de semiesclavitud heredadas de los periodos coloniales. En Centroamérica, 6 de cada 10 jornaleros de caña de azúcar han sufrido enfermedades debido al calor durante la jornada laboral. En las plantaciones de té, la mayoría de sus trabajadores y trabajadoras descienden de familias campesinas pobres que fueron reclutadas como esclavas hace más de 150 años.

La industria textil, además de ser la segunda más contaminante tras el petróleo, también consolida la pobreza: el 75 % de la mano de obra está en países asiáticos. En la actualidad, los salarios mínimos vigentes en ellos en este sector no son suficientes para cubrir las necesidades humanas básicas.

Los consumidores y las consumidoras de España pueden adquirir café, cacao, azúcar, té  o ropa de Comercio Justo en infinidad de puntos de ventas. Este modelo comercial, que nació en los años 60 y hoy está presente en más de 70 países, alcanzó en España, el año pasado, una facturación de más de 144 millones de euros.

Cáritas, a través de su Red de Comercio Justo que incluye a 24 Cáritas Diocesanas, se ha unido a este movimiento para contribuir a la transformación del modelo injusto de comercio actual que daña a las personas y el planeta. Su red cuenta con 45 puntos de venta y 21 tiendas repartidos por todo el territorio.