Día de la HOAC: tejiendo vínculos fraternos
¿Qué se nos viene a la cabeza cuando decimos «tejer»? Acción, trabajo compartido, vida común, tiempo relajado, personas charlando e intercambiando ideas, saberes. Agujas, hilos, lanas, cuerdas, manos que dan vida, palabras que ayudan y descubren nuevas formas de llevar a buen fin una tarea.
Se necesita materia para tejer, nueva o vieja, porque también con lo usado se puede hacer algo diferente que vuelve a tener valor. Y hace falta tiempo, constancia, sin prisa, pero retomando la tarea, cada día o cada rato que dejan las obligaciones diarias. Tejiendo con las demás, porque es más gratificante que tejer sola.
Y, a medida que vamos avanzando en la tarea, me animo, busco el tiempo para acudir al encuentro con quienes tejo, porque con ellas comparto, nacen relaciones que nos unen como la lana que mueven las agujas. Y no importa si me equivoco y sale algo que afea la labor, siempre hay alguien que con cariño me dice dónde está el error y me ayuda y anima a deshacer para que el resultado final sea el que yo quería. O no, resulta que de lo que pensaba un error sale algo diferente que gusta a todas y se animan a caminar por esa nueva propuesta.
¿Alguna vez hemos visto a las redeiras? Esas personas que reparan las redes de pesca cerrando agujeros para que el trabajo de otros tenga buenos resultados, para que los esfuerzos de unos se unan a los esfuerzos de otros.
En esta tarea estamos empeñados en la HOAC: unir esfuerzos para transformar este mundo y que el reino sea una realidad.
El sentido que ha tenido el Día de la HOAC (1) a lo largo de los años ha sido dar a conocer el movimiento de una forma festiva y atractiva para que otras personas sintieran la necesidad de incorporarse y juntos trabajar para llevar a Jesucristo al mundo del trabajo.
Otro de los objetivos es tener presencia en la vida pública, denunciar una forma de vida que anula a la persona reduciéndola a elemento consumidor y proponer otra forma de ser y estar en el mundo, enraizadas en nuestro proyecto evangelizador y en las tareas que nos hemos propuesto comunitariamente, porque nos sentimos llamados a «tejer» junto con nuestros hermanos y hermanas buscando la justicia y dignidad para todas las personas.
Dice el papa Francisco en Fratelli tutti: «La vida subsiste donde hay vínculos, comunión, fraternidad» (núm. 87). Esta invitación a tejer vínculos de fraternidad es lo que queremos en este día de la HOAC.
Es un reto para esta sociedad que solo promociona la individualidad, haciéndonos sordos y mudos ante el sufrimiento ajeno y casi ciegos para no ver al otro, a la otra, para desentendernos del cuidado que nos debemos unos a otros y que le debemos a la Tierra.
Estamos llamados a colaborar para romper la indiferencia y transformar la realidad. Ayudar a descubrir que las reivindicaciones son un deber de justicia para la sociedad, son los derechos de las personas que nacen de su dignidad.
Se trata de construir vínculos comunitarios, en el barrio, en el trabajo. Implicarse junto con las personas en las reivindicaciones que intentan retomar el protagonismo en la gestión de los bienes comunes cuyo fin, en muchos casos, las instituciones públicas han olvidado. Porque estamos llamados a ser protagonistas y no meros espectadores de la vida política.
Hemos de poner en valor el trabajo de distintas organizaciones que buscan esto mismo, haciendo propuestas y planteando movilizaciones en torno a ellas. Debemos colaborar para unir fuerzas evitando que cada cual vaya con su bandera dispersando la energía.
Y para tejer, descubrir, poner en valor, hay que encontrarse y dialogar. Compartir con las personas que más sufren en su dignidad, en sus derechos sociales y familiares. Sentir con ellas y acompañar sus luchas. Reconocer que su primer derecho es ser tenidas en cuenta, que nos importan, que nos comprometemos con ellas para que su vida se desarrolle de una manera digna.
Uno de los objetivos es tener
presencia en la vida pública,
denunciar una forma de vida que anula
a la persona reduciéndola a elemento
consumidor y proponer otra forma
de ser y estar en el mundo
Todo esto a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, como militantes de la HOAC y Acción Católica para la Pastoral Obrera, centrando nuestro hacer en la dignidad del mundo obrero y del trabajo.
Tendiendo puentes entre la Iglesia y el mundo obrero, porque tenemos la tarea de tejer esos vínculos al interior de la Iglesia, de manera que muchos cristianos sientan que su compromiso creyente también está ahí, en la realidad del mundo del trabajo más empobrecido, situándonos en el lugar de los vulnerados y excluidos, dando visibilidad a su situación.
Fomentando prácticas de solidaridad y fraternidad, no solo hacia la persona, también colaborando a transformar las estructuras y reclamando en las instituciones sociales para que estén al servicio de los empobrecidos.
Con la mirada puesta en Jesús el obrero de Nazaret, que se acercaba a las personas despertando inquietudes y deseos, que se sentaba a hablar sin prisa, que compartía mesa y fiesta. •
(1) El Día de la HOAC se convoca cada año en las diócesis durante el mes de mayo como momento de celebración, de oración y convivencia, además como espacio de reflexión y sensibilización en torno los planteamientos de este movimiento de Acción Católica para la Pastoral Obrera.
Agenda | Convocatorias #DíaHOAC2023
Responsable de Difusión de la HOAC
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