Por la igualdad efectiva entre mujeres y hombres
Durante el último año hemos visto de forma plausible cómo la reforma laboral y el aumento del salario mínimo interprofesional (SMI), entre otras medidas, buena parte de ellas fruto del Diálogo Social, están contribuyendo a luchar en mayor medida contra la desigualdad de género en el mundo laboral de nuestro país. La subida del SMI a 1.080 euros es una medida indispensable para reducir la brecha de género. Y es imprescindible continuar con las mejoras brindadas por la reforma laboral para evitar que las personas trabajadoras paguen las consecuencias de una coyuntura económica forzada por la situación internacional, y para evitar que se produzca una desaceleración de la economía. En este sentido, del total de personas perceptoras del SMI en 2023, seis de cada diez son mujeres. Es decir, con la subida del SMI a 1.080 euros habrá un 54% de mujeres beneficiarias, frente al 46% de hombres.
En el informe realizado por UGT para este 8 de marzo se ha constatado que en el año 2022 mejoran algunos de los indicadores de las brechas de género en el empleo, aunque las diferencias entre mujeres y hombres siguen siendo muy elevadas. La brecha salarial se ha reducido un 0,78 respecto del año anterior, debido en su gran mayoría a la subida del SMI un 27,9% desde 2018 a 2020. Pero a día de hoy, las mujeres siguen ganando una media de 5.175,04 euros menos que los hombres (27.642,52 euros los hombres y 22.467,48 euros las mujeres).
Es verdad que la reforma laboral, en las modalidades de contratación, ha beneficiado a las mujeres, pero continúan las brechas de género en los contratos indefinidos y temporales. La ocupación ha aumentado con un cambio de tendencia hacia el contrato indefinido, que actualmente es mucho más habitual, siendo unos cuatro de cada diez contratos actualmente indefinidos, cuando antes la media era apenas uno de cada diez. De este cambio de tendencia se han beneficiado en mayor medida las mujeres, siendo 1.021.775 mujeres más en 2022 que en 2021 quienes han pasado a tener un contrato indefinido. La reforma ha beneficiado también a las mujeres respecto a la contratación temporal, y en 2022 ha habido 401.245 mujeres menos con contratos temporales que respecto a 2021.
Es verdad que, desde UGT, aplaudimos muchos de los avances que se han ido consiguiendo, pero queda un largo camino por recorrer. Todavía persisten numerosos problemas que hay que abordar, como por ejemplo el elevado número de paradas de larga duración (el 54% del total de personas paradas son mujeres).
Otra de las grandes discriminaciones a las que nos enfrentamos es el trabajo a tiempo parcial, que es realizado mayoritariamente por mujeres. El 73,91% del empleo a tiempo parcial en 2022 lo han desempeñado mujeres, frente al 26,09% de los hombres, con motivo de la vigencia del sistema de división sexual del trabajo en el entorno familiar y de una cultura patriarcal por la que los trabajos no remunerados siguen siendo sostenidos por nosotras. A pesar de los avances legales de individualización e intransferibilidad de los derechos, siguen siendo mayoritariamente las mujeres quienes se hacen cargo de los permisos por cuidados (especialmente los no retribuidos), por lo que es imperativo que se garantice que sean retribuidos y que se avance en otras políticas y medidas de corresponsabilidad.
Según los datos de salarios de la Encuesta de Estructura Salarial (los últimos son de 2020), analizados en nuestro informe, el trabajo a tiempo parcial impide a las trabajadoras percibir al menos el SMI. Es decir, las ganancias anuales de una trabajadora a tiempo parcial no llegan ni a la mitad del salario medio de las mujeres y supone casi un tercio del salario medio de los hombres. Si nos fijamos en el número de mujeres asalariadas y hombres asalariados, es evidente la discriminación: ellas realizan cuatro de cada cinco jornadas a tiempo parcial y ellos una de cada cinco.
Entre la población inactiva las mujeres son mayoría y una de las principales causas es la dedicación a las labores del hogar, entre las que se incluye el cuidado familiar. La brecha en labores del hogar es muy pronunciada, siendo las mujeres el 87,71% de la población inactiva. En materia de corresponsabilidad, los permisos retribuidos continúan siendo solicitados mayoritariamente por hombres, mientras que los no retribuidos son mayoritariamente solicitados por mujeres. Y los estereotipos y roles de género también provocan que siga existiendo una brecha en la segregación profesional, que se da tanto en los sectores económicos como en los tipos de ocupación. El 88,65% de la ocupación femenina se aglutina en el sector servicios, mientras que su presencia en industria, construcción y agricultura es muy minoritaria.
Pero para avanzar en derechos en materia laboral es de suma importancia hacerlo a través de la negociación colectiva, fundamental para erradicar la violencia que se ejerce en el ámbito laboral contra las mujeres. Consideramos imprescindible la inclusión de protocolos de actuación frente al acoso sexual y/o por razón de sexo en los centros de trabajo, así como la atención jurídica y sindical a las víctimas. Además, desde UGT consideramos indispensable un sistema de protección efectiva de todas las víctimas de trata, con una dotación propia y suficiente en los Presupuestos Generales del Estado. Y es fundamental una atención de cuidados y una sanidad que remunere y valore a quienes trabajan en ella, y que garantice el derecho al aborto sin ningún tipo de coacción frente a su decisión en todo el territorio nacional sin excepción.
UGT se posicionará siempre frente a las violencias machistas, la misoginia, el racismo, la LGTBIfobia y el sexismo que afecta a las mujeres, para poner de manifiesto la fuerza del feminismo y su potencial transformador en el ámbito político y en el diálogo social. El logro de la igualdad efectiva entre mujeres y hombres es un objetivo prioritario e irrenunciable para UGT.
Vicesecretaria general de la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT)