La JOC denuncia el aumento de los discursos de odio entre la juventud

La JOC denuncia el aumento de los discursos de odio entre la juventud
Las personas jóvenes de los barrios, centros de trabajo y de estudio y lugares de ocio no solo perciben la polarización y la división social, sino que reciben cada vez más mensajes de odio, según la encuesta realizada por la Juventud Obrera Cristiana (JOC), dentro de su campaña a favor del encuentro.

La campaña “¿Quedamos? Mensajes que separan. Encuentros que construyen” ha culminado la primera fase dedicada a detectar las ideas excluyentes y la opinión que de ellas tienen las personas con las que se relacionan habitualmente las y los integrantes de este movimiento de Acción Católica especializada.

Según los testimonios recabados por los y las militantes de la JOC de personas con las que conviven habitualmente, con frecuencia se topan con discursos que promueven abiertamente la violencia, favorecen el desprecio y dañan la dignidad de las personas, llegando a cuestionar los Derechos Humanos.

Se trata de personas y agentes que rompen el diálogo y la razón, arremetiendo además contras las personas más desprotegidas. Como si un virus, se infiltra en la calle, en la escuela, en las redes sociales e incluso en el grupo de amigos, por no hablar de instituciones como los partidos políticos, los medios de comunicación o las asociaciones deportivas.

Los impulsores de la campaña reconocen que “al principio ha sido difícil reflexionar sobre el tema, ya que la mayoría de las veces, como jóvenes no nos planteamos cuanto nos influyen los mensajes de odio”. Sin embargo, “al pensarlo en profundidad vimos que prácticamente todas las personas vivimos entre este tipo de mensajes con los que nos bombardean día y noche”, añaden.

Los comentarios recogidos apuntan a que hay sectores de la sociedad que “ven en la diversidad, una amenaza en vez de una oportunidad” por lo que se está normalizando “la falta de empatía y respeto”, hasta llegar a inventar enemigos en las personas diferentes y negar la realidad.

La construcción del enemigo contribuye a potencia la competitividad, el individualismo y, lo que resulta más peligros para el futuro, “el callar ante las injusticas”, han respondido algunos jóvenes a esta encuesta más cualitativa que cuantitativa.

También han puesto de manifiesto que se fomentan la envidia y el rencor, además de utilizar los discursos de odio como una forma de canalizar otras emociones. Por lo que han podido descubrir en ocasiones se empieza generando odio contra alguna minoría que se transmite con facilidad hasta que personas vulnerables acaban siendo objeto directo de la violencia.

También puedes leer —  El Vaticano propone multilateralismo, solidaridad y bien común para construir una nueva paz global

Es muy revelador que haya jóvenes que expresen que en sus reuniones familiares está prohibido hablar de política, “porque repiten esos discursos de odio” o que ven “mucha gente a la que le preocupa más ser los primeros en todos que las personas que les rodean”.

Con todo, cuando se pide a la juventud que reflexione sobre cómo superar el odio, identifican espacios útiles y cuentan con experiencias de jóvenes reales que logran tender puentes. “Algunas personas expresan que a su alrededor no ven encuentro, solo ven odio. No estoy de acuerdo y es así como me di cuenta de la importancia de esta campaña”, comentaba una persona joven. Otra explicaba que en la plantilla de una empresa se había creado un grupo de desarrollo solo para mujeres con el objetivo de que “se sientan visibilizadas y seguras a la hora de expresarse”.

De ahí, que entiendan que “la solidaridad y la unión con los demás” hace mella en los discursos de odio, entre otras cosas porque al hacer cosas en común se rompen los prejuicios. En ese sentido, consideran clave apostar por “la resolución de conflictos”, favorecer “la sensibilidad con el otro”, poniendo en práctica “la escucha, la empatía, la acogida…”, en definitiva, “salir de nuestros intereses personales y buscar el bien común”.

Para ello, las personas encuestadas reclaman el fomento del respeto y la educación, visibilizar y denunciar las situaciones de injusticia, además de propiciar lugares para el encuentro, la cooperación y la oración.

Concluida la epata del ver, comienza la etapa del juzgar, que durará hasta junio de este año, en la que ,a la luz del Evangelio y el pensamiento social de la Iglesia, las y los militantes de la JOC y las personas cercanas tratarán de buscar orientaciones y claves que, finalmente, inspiren las propuestas de acción, que se darán a conocer en el próximo mes de diciembre.