La Iglesia reconoce que las muertes de Súria urgen a abordar la lacra de la siniestralidad laboral
Además de expresar su dolor por la pérdida de vidas de tres personas trabajadoras en la minas de Súria (Barcelona), el departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española reconoce que éste “nos vuelve a urgir a abordar la lacra social que supone las pérdidas de vidas en el trabajo”.
Este departamento episcopal indica, sin disimulos, que “hoy toca expresar nuestro profundo pesar y nuestras condolencias a familiares, amigos y compañeros de trabajo de estas personas, que hoy no volverán a sentir el calor de sus hogares”.
Además, hace notar que han hecho falta tres muertos “para despertar el interés social por esta sangría”, en referencia a la alta siniestralidad laboral que padece el mundo obrero y del trabajo de nuestro país y que, como también se apunta en la nota, “cada día se cobra 2 o 3 vidas diarias”.
Así, señala que en lo que llevamos de año, se habrán producido unas 150 muertes por accidente laboral, mientras que en el año pasado se registraron 826 muertes en el trabajo. Ante esta realidad, el departamento episcopal integrado en la Pastoral de Acción Social y Promoción Humana, exclama que “la pérdida de salud y de vida es una sangría que se produce diariamente en el mundo del trabajo”.
“La verdadera tragedia es que estas muertes se convierten en frías cifras estadísticas que nos ocultan las tragedias personales y familiares que hay detrás de cada uno de estos accidentes”, denuncia y repite las palabras del papa Francisco a los miembros de la Asociación Nacional de Constructores de Edificios (ANCE): “no son números, son personas”.
En aquella audiencia, el Papa Francisco afirmó que “Trabajar en seguridad permite que cada uno exprese lo mejor de sí mismo ganándose el pan de cada día. Cuanto más prestamos atención a la dignidad de la obra, más seguros estamos de que aumentará la calidad y la belleza de las obras creadas”.
Por eso, la Pastoral del Trabajo insiste en que “es necesario afrontar esta calamidad social y en primer lugar que Gobierno y agentes sociales prioricen en sus agendas buscar medidas eficaces para abordar este gran problema”.
Si bien admite que La Estrategia Española 2023-2027 sobre Seguridad y Salud en el Trabajo “ha sido un gran paso”, la pastoral obrera no tiene más remedio que exclamar que “ahora toca concretar y desarrollar cada uno de los objetivos planteados en este acuerdo y hacer que su eficacia llegue a los lugares de trabajo y se transforme en una herramienta útil para la protección de la vida de trabajadoras y trabajadores”.
No solo se dirige a la administración y agentes sociales, también a toda la comunidad cristiana para recordar que “la situación de la salud laboral urge a los cristianos a comprometerse activamente por un trabajo sin víctimas”.
El comunicado rememora la “Nota sobre la defensa y promoción de la vida en el trabajo” de la LXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española del año 2000, al decir que “como Iglesia estamos profundamente comprometidos en esta causa que nos urge a visibilizarla, señalar las condiciones de trabajo que las provocar y a acompañar a las víctimas”.
La presidenta de la HOAC hace suyo el dolor de las familias
La presidenta de la Comisión Permanente de la HOAC, Maru Megina, ha tenido unas palabras de apoyo y cercanía a la plantilla y allegados de las tres personas trabajadoras muertas en las minas de potasa de Súria.
“Sentimos como nuestro el dolor de estas familias y queremos enviarles un abrazo solidario”, ha indicado, al tiempo que denunciaba una vez más el hecho de que “siga habiendo muertes por falta de medidas de seguridad”.
En su opinión, “este accidente demuestra que la vida de las personas trabajadoras sigue estando los sometida a los intereses económicos y denota una falta de compromiso de las instituciones
para erradicar un problema de esta gravedad”.
Por su parte, la HOAC de Barcelona, diócesis donde se ha producido este siniestro, también se une “al dolor y la indignación de los seres queridos de estas tres personas que han perdido la vida en su puesto de trabajo” y coinciden en reclamar que “el trabajo es para la vida. ¡Ni un muerto más!”
Además, ha reafirmado su compromiso de “apoyo a las familias y compañeros y compañeras de trabajo y estudios, a través de la oración, del acompañamiento y la solidaridad obrera”.
También rescatan las palabas del papa Francisco, quien expresó que “desafortunadamente, se considera la seguridad en el puesto de trabajo un coste, y se está partiendo de un enfoque incorrecto” e incluso en la Misa del Gallo del año 2021 pronunció el grito: “¡No más muertos en el trabajo, esforcémonos por conseguirlo!”.
Redactor jefe de Noticias Obreras