El obispo García Cadiñanos invita a construir el bien común, alejados de divisiones y enfrentamientos
El obispo de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García Cadiñanos, llama, ante las próximas elecciones municipales, a construir el bien común, alejados de divisiones y enfrentamientos.
El prelado ha publicado una carta pastoral en la invita a reflexionar sobre la participación en las elecciones municipales, “un espacio especialmente cercano, importante y querido para todos”, debido a que es el ámbito en el que “se desarrolla mucha de nuestra vida cotidiana”, además de “un espacio privilegiado para la participación y el compromiso por el bien común”.
En un momento de polarización y crispación, la carta llama a alejarse de “enfrentamientos y divisiones”, al tiempo que reclama debates y encuentros que sirvan para “conocer mejor la realidad y a discernir caminos compartidos, a amar más a nuestra tierra y a implicarnos por ella, a cultivar una auténtica y activa ciudadanía…”
No en vano, apunta a que “la política tiene sentido precisamente en la búsqueda y construcción del bien común por encima del bien particular y del interés general”. Además, el titular de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol señala que la participación política es “la forma más genuina” de construir el bien común y recuerda que “la vocación política es una forma genuina del ejercicio de la caridad, es una forma de amar”.
Es más, ha insistido en que “los cristianos estamos llamados en esta situación a ser “sal y luz”, fermento de nueva humanidad”, y ha identificado los criterios que han de inspirar el discernimiento: “nuestro compromiso por los más pobres y vulnerables; por los valores que edifican y construyen sociedad, como son la justicia, la verdad y la libertad; por los ideales que se sustentan en la enseñanza social, como son la dignidad de la persona, la solidaridad, el destino universal de los bienes, la participación…”
Todos somos necesarios
De hecho, García Cadiñanos también ha denunciado lo que a su juicio es “un drama de nuestro tiempo”: “la abdicación en esta búsqueda del bien común”, entre otras razones debido a que “el individualismo liberal nos está desvinculando, animado también por el “progresismo cultural”.
“Todos somos necesarios y es posible bregar juntos en la misma dirección”, apunta y señala que “también la Iglesia y los cristianos hemos de participar de forma activa y creativa. Y, sin duda, con el apoyo y acompañamiento de toda la comunidad”.
“Desde el ejercicio de la participación política tenemos la capacidad de empujar en la construcción de una sociedad más justa que haga presente el Reino de Dios”, recuerda el obispo que aprovecha para decir, justo cuando se van “configurando las listas electorales” y “los programas electorales”, que “es bueno que reflexionemos y animemos al compromiso y la participación política, también y fundamentalmente de los cristianos presentes en nuestra diócesis”.
Así, remarca, se trata de “una participación que es plural y diversa, en función de las capacidades y aptitudes, que adquiere muchas formas y compromisos, pero que nunca es opcional”. “Lo que sucede en la polis, en la ciudad, nos compromete a todos”, reconoce e insiste en que “a los laicos corresponde precisamente, por su bautismo, este campo más específico de la transformación temporal de nuestro mundo”.
A su entender, los retos de “estas tierras del norte de Galicia” son “la interculturalidad, la inclusión social de todos, el trabajo digno, la defensa de la familia, el cuidado y la atención de los mayores, las infraestructuras que permitan un desarrollo sostenible, la despoblación y envejecimiento del medio rural, el cuidado del medio ambiente…”
Igualmente, ahora que acaban los mandatos de las corporaciones, ha querido agradecer su tarea y labor a los alcaldes y concejales. Frente a “juicios generales de carácter despectivo”, recupera las palabras de los obispos en el documento Católicos en la vida pública cuando decían:
“Nosotros queremos subrayar aquí la nobleza y dignidad moral del compromiso social y político y las grandes posibilidades que ofrece para crecer en la fe y en la caridad, en la esperanza y en la fortaleza, en el desprendimiento y en la generosidad; cuando el compromiso social o político es vivido con verdadero espíritu cristiano, se convierte en una dura escuela de perfección y en un exigente ejercicio de las virtudes”.
Redactor jefe de Noticias Obreras