Iglesia en el mundo obrero tejiendo vínculos de fraternidad
En la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) estamos inmersos en la celebración de la XIV Asamblea General que culminará en agosto de 2023.
El lema que guía nuestra reflexión comunitaria, Tendiendo puentes, derribando muros. Iglesia en el mundo obrero tejiendo vínculos de fraternidad, expresa, en fidelidad a nuestra identidad, lo que queremos ser y hacer en el hoy de este mundo al servicio de nuestro ser Acción Católica para la Pastoral Obrera, un ministerio eclesial para la evangelización del mundo obrero y del trabajo, queremos poner hoy un acento particular en la necesidad de tejer vínculos de fraternidad.
Después de haber revisado y valorado el camino que hemos recorrido desde la anterior Asamblea General, hemos visto que debemos seguir poniendo todo el empeño en proponer el proyecto de humanización de Jesucristo, con el anuncio del Evangelio del Amor y la Vida y el testimonio encarnado en la realidad cotidiana del mundo obrero y del trabajo. Para ello, es central construir prácticas de comunión que, como hemos intentado hacer estos años, pasan por hacernos acompañantes de la vida de las personas trabajadoras empobrecidas, caminar juntos para colaborar a un necesario cambio de mentalidad social, al cambio de las instituciones y estructuras sociales y a la promoción de formas distintas de vida que respondan mejor a nuestro ser personas para la comunión, todas hermanas.
Ahora vamos a hacer comunitaria y sinodalmente, una mirada a la realidad de nuestro mundo, y a la manera en que la Iglesia, y nosotros en ella, nos situamos en esa realidad. Queremos, sobre todo, sentirnos interpelados, descubrir mejor qué retos y llamadas nos plantea.
Es una mirada en la que queremos prestar una especial atención a realidades como estas: la centralidad de la situación de las personas empobrecidas y de la lucha contra la pobreza y la exclusión, para que todas las personas y familias puedan acceder a los bienes básicos para la vida; la centralidad del trabajo en la lucha contra el empobrecimiento y la exclusión, porque el trabajo –que sea reconocido en su dignidad y realizado en condiciones dignas– es esencial para la afirmación práctica de la dignidad de las personas y para una sociedad humana y humanizadora; la importancia de afrontar la realidad de las personas migrantes desde la perspectiva de la fraternidad universal; la necesidad de afrontar la crisis ecosocial que padecemos desde la perspectiva de una ecología integral que una las necesidades de los empobrecidos y del planeta; la situación de desigualdad que sufren las mujeres, con particular atención a las mujeres empobrecidas; la precariedad y desigualdad que sufren las personas jóvenes del mundo obrero y del trabajo.
Una mirada a la realidad que es una fuerte llamada a la Iglesia para que crezcamos en situarnos en el lugar de las personas empobrecidas, en vivir la caridad política –el amor en la vida social– y en dar mucha más importancia a la realidad del mundo obrero y del trabajo, creciendo en ser una Iglesia servidora de los pobres, testigo y promotora de prácticas de fraternidad.
Teniendo en cuenta esta mirada queremos plantearnos, sobre todo, cómo podemos vivir hoy nuestra misión y servicio en el mundo obrero y del trabajo, qué vínculos hemos de colaborar a tejer, cómo podemos seguir recorriendo hoy y de cara al futuro un camino de cuidado y de comunión con el mundo obrero y del trabajo. •
Comisión Permanente de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC).