Hospitalidad y dignidad
Estas dos palabras de la pancarta del Círculo de Silencio, están ahí en la concentración de cada mes, para denunciar las injusticias que sufren las personas migrantes y refugiadas.
El silencio se convierte en grito permanente contra la indiferencia, la injusticia y la negación de derechos humanos fundamentales.
No podemos acostumbrarnos. Quizá ya hemos olvidado las imágenes de cuerpos amontonados en la frontera Sur, en Melilla en el mes de junio. Sin datos exactos de las personas fallecidas, heridas, deportadas… Sin nombre. La guerra en Ucrania ha pasado a un segundo plano. Muchos conflictos siguen olvidados.
No, no podemos acostumbrarnos. Cada día hay personas que llegan en patera a las costas europeas, algunas son rescatadas, otras fallecen en el Mediterráneo, la mayor fosa común. Cada vez son más, quienes pierden la vida atravesando rutas alternativas ante el cierre de fronteras o las dificultades de acceso ante el aumento de controles (fronteras interiores). Lo denunciaba este verano la Caravana Abriendo Fronteras, que saliendo de Irún recordaba a las personas fallecidas tratando de alcanzar Francia a nado, cruzando el Bidasoa. Así perdía la vida Abderramán Bas, de 25 años, el pasado 18 de junio.
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Militante de la HOAC.
Responsable de la Pastoral Obrera de la diócesis de Bilbao y miembro del Consejo Asesor de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española.
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