Vamos a andar…

Vamos a andar…
Imagen I Henry Xu (unsplash)
En verso y vida tintos, levantando el recinto del pan y la verdad, matando el egoísmo, para que lo mismo, reviva la amistad. Vamos a andar sumando a los demás. Vamos a andar, para llegar a la vida. Así dice la letra de una canción de Silvio Rodríguez que los de más juventud acumulada recordaréis.

Durante este año hemos escuchado en más de una ocasión que hemos empezado a recorrer el camino sinodal, estamos en Sínodo. Hemos escuchado más de una vez que sínodo (syn-odós) significa caminar juntos en la misma dirección. Y hemos dado pasos por ese camino, adentrándonos en la fase diocesana y nacional del Sínodo. La meta se hará esperar, el camino será largo.

Pensar de otro modo, creer que ya estamos llegando, no es más que una ingenuidad que me sitúa fuera de la realidad. Porque eso de caminar con otros, y hacerlo además en la misma dirección, queriendo ir todos hacia un mismo lugar, no es fácil. Este es un sendero de paso lento y, como todos los de paso lento, es un sendero que merece la pena recorrer sin prisas, porque necesita comprender el Misterio, como dice la canción de Muerdo: sendero de lento andar… no tengo prisa en llegar… voy persiguiendo mi sueño… voy comprendiendo el misterio.

Y pasa como en la mayoría de nuestros caminos, de los que recorremos conscientemente. Lo mejor no es llegar, no es la meta, el final. El camino que hacemos juntos no termina al llegar. Allí uno se descalza las botas y se lava el polvo y el sudor del camino y se refresca por dentro y por fuera. Y, más descansado, vuelve a rememorar la belleza del camino recorrido; cada paisaje, cada recodo, cada luz, cada brisa, cada silencio, cada gota de lluvia… cada esfuerzo necesario. Llegamos para interiorizar el camino recorrido y para desear seguir caminando. Al llegar se descubre que hay nuevos caminos por recorrer.

Nuestra condición peregrina nos lo pide. Nuestra condición fraterna lo reclama, y el Espíritu nos acompaña en la aventura.

 

¡Con la de caminos que se me ofrecen
–hechos, conocidos, vistosos, hermosos–
y yo he de elegir lo desconocido,
la senda nueva que nadie ha recorrido…!

Y no siempre estoy seguro de que seas Tú
quien guarda esa senda virgen para mí,
y dudo de si voy por tus caminos
o busco sentirme vivo y distinto.

F. Ulibarri

Recursos

Libros
Momentos y lugares con duende para orar. F. Ulibarri. EVD.

Canciones
Vamos a andar. Silvio Rodríguez.
Sendero de paso lento. Muerdo.