Las trabajadoras migrantes: retos y puntos fuertes
Compartimos el boletín de agosto, el número 7, de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, dedicado a las trabajadoras migrantes que se enfrentan a menudo a diferentes retos y obstáculos.
A pesar de que determinados estereotipos presentan a las mujeres migrantes como meras dependientes de los hombres o como personas que se trasladan a otro país simplemente con el propósito de la reunificación familiar, existe una larga tradición de mujeres que han migrado en busca de empleo, cuyo número ha aumentado en el último decenio. Estos flujos migratorios suelen estar caracterizados por la falta de trabajo decente y la igualdad de derechos para las mujeres en sus países de origen, así como el incremento de la demanda de mano de obra femenina en los países de destino.
Las mujeres migrantes se enfrentan a menudo a diferentes retos y obstáculos. Ciertas creencias, que son consecuencia de estereotipos negativos sobre la idoneidad de la mujer para desempeñar determinadas funciones, han limitado sus oportunidades de trabajo en los países de acogida. Por ello, las mujeres migrantes no tienen otra opción y se ven obligadas a buscar trabajo en “sectores invisibles”, hecho que las expone al riesgo de la desinformación, de situaciones laborales inaceptables, de la trata de personas, de la extorsión y del abuso. Una vez que logran conseguir un empleo, las trabajadoras migrantes no suelen tener acceso a los sistemas formales para el envío de remesas y a menudo se ven excluidas del derecho a la reagrupación familiar y del derecho a tener hijos en los países de acogida.
Por último, la salud, el bienestar y los medios de subsistencia de las trabajadoras se han visto afectados de manera desproporcionada por la crisis de la COVID-19 y, a pesar de que durante la pandemia han realizado trabajos esenciales, muchas han tenido que regresar a sus países. Cuando regresan, con frecuencia se enfrentan al estigma y a una falta generalizada de servicios de reintegración o de oportunidades de empleo.
Este boletín tiene por objetivo promover la protección y el empoderamiento en derechos de las trabajadoras migrantes. Ellas pueden contribuir en los países de acogida colmando las principales lagunas de los mercados laborales, además de sacar a sus familias de la pobreza y apoyar a sus países de origen mediante los flujos de remesas. Con esta finalidad, este Boletín presenta algunas de las mejores prácticas y declaraciones destinadas a garantizar la inclusión de las mujeres migrantes y el desarrollo de todo su potencial.
Protección y empoderamiento de las trabajadoras migrantes
En la Encíclica Fratelli tutti, el papa Francisco hace un llamamiento para la consolidación de una nueva sociedad en la que nadie quede excluido. Al establecer una similitud entre los grupos vulnerables, compara a las mujeres con los migrantes: “Es inaceptable que alguien tenga menos derechos por ser mujer, es igualmente inaceptable que el lugar de nacimiento o de residencia ya de por sí determine menores posibilidades de vida digna y de desarrollo”. Además, con motivo del 500 aniversario de la Evangelización de Filipinas, el Santo Padre dedicó unas palabras de elogio a las mujeres filipinas en Roma, definiéndolas como “contrabandistas de fe, […] porque dondequiera que van a trabajar, trabajan, pero también siembran la fe”. Y les agradeció la alegría que aportan al mundo entero y a las comunidades cristianas. Es una experiencia misionera. Afirmó que “el evangelio de la cercanía de Dios se debe manifestar en el amor a los hermanos”. Recordó que la Iglesia tiene la misma misión de acoger y llevar a Cristo a los demás.
El arzobispo Bernardito Auza, ex observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y nuncio apostólico, asistió al 3er Comité para el Avance de la Mujer. En esta ocasión, expresó su preocupación por la violencia y la discriminación que sufren las mujeres migrantes (EN), incluidas las trabajadoras migrantes, que “son víctimas de situaciones de exclusión, maltrato y violencia”. El nuncio apostólico afirmó que “estas mujeres merecen ser acogidas, protegidas e integradas en nuestras comunidades con dignidad. También merecen recibir pleno e igual reconocimiento ante la ley, incluso mediante el acceso al sistema judicial”. A ese respecto, señaló el importante marco que representa el Pacto Mundial sobre Migración, como también la necesidad de contar con una legislación y una aplicación eficaz de la misma, para prevenir la trata de personas y el trabajo forzoso.
En ocupaciones como el trabajo doméstico, las trabajadoras migrantes a menudo se ven excluidas del derecho a la reagrupación familiar y del derecho a tener hijos en los países de acogida. En ese sentido, en el n. 14 de los Veinte Puntos de Acción para los Pactos Globales se recomienda: “Incentivar a los Estados a adoptar políticas y prácticas que promuevan y preserven la integridad y el bienestar de la familia, independientemente de su estatus migratorio”. Entre los diferentes ejemplos, cabe mencionar la petición de “Promulgar leyes que permitan la reunificación de los refugiados y los migrantes con sus familias y que reconozcan el derecho de estos familiares a trabajar” y “políticas que faciliten el rastreo familiar y la reunificación”.
En el marco del proyecto Volti per le Migrazioni, FOCSIV elaboró un documento de referencia (EN; IT) en el que se analiza la cuestión de la migración y el género . Tomando como punto de partida el marco de la comunidad internacional, el documento presenta los objetivos de desarrollo sostenible y el Pacto Mundial sobre Migración, como promotores de políticas migratorias que tienen en cuenta, con carácter prioritario, las cuestiones de género. El documento también analiza y explica las causas de la migración femenina y los retos a los que las mujeres se tienen que enfrentar. El análisis revela una doble discriminación: como mujeres, son relegadas a posiciones marginales en el mundo del trabajo y como migrantes, son objeto de trata y de explotación. Por último, se presentan las buenas prácticas adoptadas en Italia y en la Unión Europea para demostrar que la cooperación europea e italiana puede desempeñar un papel importante a la hora de promover canales seguros de migración para las mujeres, sus derechos y, por lo tanto, su aportación al desarrollo sostenible.
Buenas prácticas de los agentes católicos
Los agentes católicos trabajan en favor de la integración de las trabajadoras migrantes en los países de acogida, como también prestando asistencia a quienes regresan a su país de origen. A continuación, algunos ejemplos de su compromiso:
En la ciudad española de El Ferrol, las mujeres migrantes aprenden los secretos de la confección en el taller textil de Cáritas, pero también estrechan vínculos y desarrollan actividades que les ayudan a integrarse en su entorno social.
En el taller textil hay dos estudiantes de moda que han puesto en marcha un proyecto de moda circular, que pretende educar a las mujeres migrantes para que puedan lanzar una marca dedicada al reciclaje creativo a partir de ropa usada. Esto es lo que se denomina “upcycling”. A partir de la ropa que se dona a Cáritas, se crean otras prendas.
A través de este proyecto, bautizado como Facendo realidade a moda circular e sustentable en proximidade, se asesora y forma a mujeres migrantes, tanto en la parte más creativa del proceso, como es el rediseñar la ropa usada para transformarla en otra prenda, como en la formación para la creación y puesta en marcha de su propia marca, así como también en nociones de marketing digital para promocionarla en las redes sociales.
En Fortaleza, Brasil, las Hermanas Scalabrinianas, con la ayuda de algunos voluntarios de la pastoral migratoria, atendieron a numerosas mujeres migrantes (PT), madres con hijos, que se habían quedado sin trabajo, alimentos y vivienda debido a la pandemia. Las misioneras iban de casa en casa para ofrecer a estas mujeres cestas de alimentos y mascarillas. Además, las reuniones que se celebraban semanalmente en línea, promovidas por la Pastoral, ayudaron a estas mujeres migrantes a invertir en actividades que les permitieron generar ingresos para garantizar el sustento de sus familias. Un experto en creación de empresas les explicó, paso a paso, cómo poner en marcha su propio negocio. Después de más de un año de formación, cada una de estas mujeres migrantes dirige ahora un pequeño negocio. La Pastoral también ayuda a las madres que, en situación de necesidad y desprovistas de información, son víctimas de la trata, acompañándolas junto con la Pastoral Penitenciaria y la Oficina de la Defensoría Pública, que tienden puentes a la hora de agilizar el proceso y promover alternativas a la detención.
Aunque los sirios tienen derecho a trabajar en Turquía, muchos empleadores se muestran reacios a iniciar los trámites necesarios para legalizar su situación, dejando así a muchos de estos trabajadores aún más desprotegidos y en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, la pobreza, la falta de asistencia social y el desempleo, afectan especialmente a las mujeres debido a un nivel educativo bajo y, por consiguiente, a sus escasos conocimientos técnicos y lingüísticos. Cáritas Italia y Cáritas Turquía han puesto en marcha un proyecto (IT) cuyo objetivo es el de promover un camino de autonomía femenina para 50 mujeres migrantes, gracias a actividades de formación profesional y posterior inserción laboral. De este modo, buscan promover el acceso a cursos de formación profesional y prácticas en empresas locales. Además, la organización está tratando de promover la creación de microempresas mediante una formación ad hoc y apoyo financiero.
Muchas mujeres y niñas menores de edad de Bangladesh, que emigran para trabajar en el extranjero, son víctimas de explotación y de abusos en su lugar de trabajo. En respuesta a esta situación, CAFOD, junto con OKUP, una organización de base compuesta por migrantes en Bangladesh, han puesto en marcha un proyecto (EN), de tres años de duración, bajo el lema: “Empoderamiento de las mujeres y las niñas trabajadoras migrantes, las comunidades y las instituciones clave para proteger y promover los derechos de las trabajadoras migrantes y el acceso a la justicia”.
El proyecto, financiado por CAFOD y la UE, tiene como objetivo garantizar que las mujeres y las niñas trabajadoras migrantes y sus comunidades sean más resilientes y estén más unidas contra la migración no segura, la trata y la explotación, y que sus derechos estén más protegidos a través de mejores mecanismos institucionales de justicia. El Informe sobre el Acceso a la Justicia (EN) destaca los retos y los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres migrantes en el ámbito de la justicia y presenta recomendaciones para su mejora.
Historias y testimonios
Gabriela llegó a Italia en 2018 procedente de Brasil. A pesar de ser licenciada en periodismo y hablar varios idiomas, tardó unos cuatro años en encontrar un trabajo acorde a su formación. A pesar de esto, no se desanimó y encontró varios trabajos ocasionales para llegar a fin de mes. Finalmente, en 2022, gracias al proyecto “E-Library on the move” (IT) del CSER – Centro Studi Emigrazione de los Misioneros de San Carlos, se dedica a lo que solía hacer en Brasil: comunicación, educación social y colaboración en una biblioteca. El objetivo del proyecto es la integración profesional en el ámbito de las bibliotecas digitales de mujeres migrantes y refugiadas cualificadas, que en Italia trabajan muy a menudo en sectores y puestos en los que realizan trabajos serviles y no cualificados. Gabriela está entusiasmada por poder participar en la “E-Library on the move”, ya que le brinda la oportunidad de adquirir nuevas habilidades técnicas en un ambiente de trabajo inclusivo y estimulante.
La de Hugette es la historia de una madre que huyó de la República Democrática del Congo con la esperanza de encontrar una vida mejor y más segura para ella y para sus hijos. Pero cuando llegó a Sudáfrica, se dio cuenta de que la vida era mucho más dura de lo que esperaba. Entonces, una amiga le habló del programa para el logro de medios de subsistencia patrocinado por el JRS. Ahora que se ha graduado, comparte sus esperanzas para el futuro: “Tengo los conocimientos necesarios, puedo avanzar con mi vida y ser independiente. Ahora sé cómo hacer uñas, masajes y maquillar. Mi sueño es abrir mi propio negocio, alquilar un local y contratar a gente para que me ayude”. Michelle, una de las profesoras del programa, dijo: “Muchas de las mujeres en nuestro programa tienen una educación limitada, carecen de empleo y luchan por sacar adelante a sus familias. Damos una oportunidad a todo el mundo, independientemente de su nivel educativo. Les ayudamos a convertirse en profesionales. También damos esperanza”.
En el libro Driven by the Depth of Love, de ICMC, el reportero gráfico Christian Tasso presenta numerosas historias de trabajadores migrantes que proceden de diferentes partes del mundo. Entre ellas, podemos encontrar historias de mujeres migrantes que viven en Chicago (EN), Estados Unidos, que narran su experiencia de migración, desde el problemático viaje hasta las dificultades culturales, sociales y económicas que encuentran en su proceso de integración. El hilo conductor que une estas historias es su relación con la Pastoral Migratoria, una pastoral dirigida por inmigrantes de la Archidiócesis de Chicago para el servicio, la justicia y las acciones de acompañamiento en las comunidades parroquiales que cuentan con gran población inmigrante. Esta pastoral parroquial, creada en 2008, trabaja para abordar las cuestiones relativas a los derechos laborales, a la documentación y a otros temas fundamentales para las comunidades migrantes y ayudó a todas estas mujeres a encontrar su lugar en la sociedad de acogida.