El cardenal Michael Czerny pide que se respeten los derechos de los trabajadores del mar

El cardenal Michael Czerny pide que se respeten los derechos de los trabajadores del mar
En el mensaje con motivo de Domingo del Mar 2022, Stella maris, que se celebra el próximo 10 de julio, el cardenal Michael Czerny recuerda la labor esencial de los trabajadores del mar, denuncia las ganancias exorbitantes de las empresas y hace un llamamiento para que las condiciones laborales se desarrollen “en un entorno de trabajo seguro, un horario de trabajo adecuado y un permiso de tierra”

En el segundo domingo de julio de cada año, las comunidades cristianas celebran el Domingo del Mar, para recordar “la labor esencial que llevan a cabo más de un millón de marinos que, todos los días del año, trabajan en embarcaciones que transportan mercancías por todo el mundo”, según el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral.

Trabajadores invisibles

Czerny considera a estos trabajadores “invisibles” porque, aunque “mueven la economía mundial”, afectando directamente a la vida cotidiana de cada uno de nosotros, se enfrentan a retos respecto a los cuales no tienen el descanso y el tratamiento adecuados, según informa Antonella Palermo en Vatican News.

“Con la guerra en Ucrania, los buques se enfrentan ahora a la desalentadora tarea de navegar entre las minas del Mar Negro y el Mar de Azov. Muchos barcos se han hundido y muchas vidas humanas se han perdido durante esta guerra injusta e inmoral”, escribe el cardenal. A continuación, se refiere a la pandemia que provocó que más de 400.000 marinos quedaran varados a bordo, sin poder abandonar el barco al finalizar su contrato. “Seguían trabajando día tras día sumando fatiga sobre fatiga”, señala. E insiste en que las tripulaciones que debían sustituirlos no pudieron incorporarse a los barcos, lo que para algunos supuso un desastre económico al no poder atender las necesidades diarias de sus seres queridos. “En cualquier caso, los marinos no tienen elección”, señala.

Ganancias exorbitantes para las empresas

El cardenal subraya el hecho de que algunas compañías navieras han sido las únicas que se han beneficiado económicamente de las crisis que han alterado la cadena de suministro mundial. “Es lamentable”, denuncia, “que las compañías solo hayan compartido con los marinos una ínfima parte de los exorbitantes ganancias de que han disfrutado, o que las hayan gastado en mejorar las instalaciones de bienestar en los puertos de las que pueden disfrutar por breve tiempo en tierra”.

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Las empresas reciben las ganancias, mientras que los marinos y sus familias pagan el precio”. “La duración forzada de los contratos provoca”, escribe Czerny, que se produzca “un agotamiento físico y psicológico que puede conducir a errores humanos de peligrosas consecuencias”, un aspecto subestimado. Por tanto, el cardenal llama a que no se ignore a los marinos “porque dependemos de ellos” y también de su salud mental, que debe garantizarse creando las condiciones de trabajo adecuadas.

Discriminación injusta e inmoral

Czerny recuerda asimismo que el Convenio sobre el Trabajo Marítimo de la OIT, que obliga a las compañías navieras a proporcionar un alojamiento decente y limpio, una alimentación nutritiva, un entorno de trabajo seguro, un horario de trabajo adecuado y un permiso de tierra. “Desgraciadamente, los considerables avances logrados desde la entrada en vigor del MLC en 2013 se han visto seriamente perjudicados”, lamenta, considerando aún la cuestión del permiso de tierra. “La posibilidad de abandonar el barco y bajar a tierra, aunque sea por un corto periodo, es crucial para el bienestar de los marinos”.

Con la atenuación de las restricciones anti-Covid, la mayoría de las personas pueden volver a moverse libremente. Pero no los marinos. Se trata de una grave injusticia”, escribe Czerny, que explica que varios gobiernos y compañías navieras siguen negándose a permitir que los marinos bajen a tierra con el pretexto de que algunos de ellos pueden bajar a tierra si tienen la “ciudadanía adecuada”. “Esta discriminación es tan injusta como inmoral”, subrayó. “Todos debemos recordar que debe respetarse la dignidad innata de los marinos como seres humanos. Dondequiera que estén en el mundo, deben ser tratados por igual, sin discriminación”. Y añade: “La pandemia no debe seguir utilizándose como excusa para prohibir a la tripulación bajar a tierra”.