La sensibilidad con las víctimas de la siniestralidad laboral
Su nombre es Juani Miguel Rodríguez, tiene 65 años, es de la provincia de Burgos, aunque por circunstancias, conoció a un cordobés, Miguel Güeto, con el que se casó, tienen dos hijas y tres nietos y viven en Cabra, un pueblo del sur de Córdoba.
Conocí a Juani hace más de 25 años, he compartido con ella momentos memorables de alegría en los éxitos y de apoyo en el conflicto en nuestra tarea de hacer vida a Jesús de Nazaret en la debilidad del mundo del trabajo. He podido ser testigo de cómo ha hecho de su profesión una hermosa prolongación de su vida de compromiso en la fragilidad: «Estudié Trabajo Social, ya casada y he tenido la gran suerte de poder ejercer como trabajadora social hasta que me he jubilado con 63 años».
Durante cuatro años formamos equipo en la Comisión Diocesana de la HOAC de Córdoba y, curiosamente, nos hemos vuelto a encontrar en la Junta Directiva de la Asociación de Víctimas de Accidentes y enfermedades laborales de Andalucía (AVAELA). «Para mi AVAELA es la asociación de la sensibilidad hacia las personas que sufren en el trabajo la mayor de las precariedades: los accidentes y las enfermedades profesionales».
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Militante de la HOAC de Córdoba y miembro de AVAELA
