Pepa Muñoz: «La lucha conjunta de los sindicatos y las “kellys” busca la mejora de nuestras condiciones laborales»
«El trabajo de camarera de pisos es física y psicológicamente mortal». Así lo manifiesta la grancanaria Pepa Muñoz Arencibia, que empezó su empleo en apartamentos a los 19 años en Playa del Inglés y, desde hace ocho años, lo realiza en el hotel H10 Meloneras, ambos en San Bartolomé de Tirajana. Lleva 25 años en el oficio, porque casi otros cinco estuvo en otros empleos.
«Ser camarera de pisos de apartamentos es mucho más duro que en el hotel», asegura tras los primeros 12 años de trabajo. Para Pepa Muñoz en los apartamentos, que tienen cocina, tenía que hacerlo todo, llevando un carro difícil de mover con la ropa, la basura, las botellas del bar y herramientas de trabajo, cosas estas últimas que no se hacen en un hotel, porque no había un valet, que hace esas tareas. «En aquellos tiempos después de seis meses de trabajo contratada nos paraban, pero seguíamos trabajando», aclara.
La ventaja de los apartamentos era la paga, al cobrarse más por las propinas que, a veces, casi eran otro sueldo. «Antes era más apetecible el trabajo, porque ahora mismo apenas se dan propinas por la situación tan ajustada de los clientes», apunta.
Pepa Muñoz insiste: «Antes y ahora, el trabajo de camarera es física y psicológicamente mortal. Físicamente por el esfuerzo que eso lleva; y psicológicamente porque vamos contra reloj, siempre vamos corre, corre contra reloj. En un hotel lo tenemos más fácil entre comillas porque no dejamos de tener un edificio y esa ayuda del valet, que es quien quita en un carro la ropa y la basura, además de que no hay cocina. Pero esos privilegios no los hay en el apartamento. Con la cocina es más trabajo y en un hotel son las habitaciones y punto».
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Periodista y militante de la HOAC de Canarias