Miguel Cruz, AVAELA: “Las muertes laborales son las muertes olvidadas”
Miguel Cruz preside la Asociación de Víctimas de Accidentes y Enfermedades Laborales de Andalucía (AVAELA), además de ser militante de la HOAC de Córdoba. En un día como hoy, dedicado a la Salud y Seguridad Laboral, es obligado hablar con él de la labor de su asociación.
¿En qué momento se encuentra la asociación?
Hace apenas dos meses celebramos nuestra asamblea de socias y socios. Después de dos años sin poder hacerlo debido a la pandemia, ha supuesto un gran impulso. En esta asamblea se ha renovado la Junta Directiva y hemos analizado dónde estamos y qué retos debemos abordar a partir de ahora.
En resumen, vemos que AVAELA está razonablemente consolidada como una realidad estable y sólida. Empieza a ser conocida y reconocida y, con muchísimo camino por delante, los primeros pasos en la consecución de nuestros objetivos, creo que están dados y en buena dirección.
Ahora bien, somos conscientes de que la fase que se nos abre ahora, al margen de seguir consolidándonos, es la de la expansión. Expansión tanto en el territorio (tenemos carácter andaluz pero con muy poca implantación en la mayor parte de las provincias) como en la capacidad de llegar a más víctimas.
¿Tenéis relación con las organizaciones sindicales? ¿En qué se puede avanzar conjuntamente?
Si. tenemos buena relación con los sindicatos mayoritarios sobre todo en Córdoba. También hemos tenido contactos con ellos a nivel andaluz. Contactos en los que tenemos pendiente profundizar.
En AVAELA siempre hemos defendido que quienes están en el núcleo de este conflicto son los sindicatos: allí donde se produce el accidente o se llega a enfermar por no disponer de las necesarias condiciones de seguridad e higiene en el puesto de trabajo. Nuestra asociación está fuera, por naturaleza, de la negociación colectiva, la reivindicación en el tajo, etc. Ahora bien, el acompañamiento a las víctimas y la prestación de asesoramiento jurídico, o asistencia psicológica, sobre todo a largo plazo, se les escapa a ellos. Y ahí está AVAELA.
Es imprescindible que la política con mayúsculas mire hacia aquí y tome cartas, de verdad, en el asunto
Yo creo que el punto donde nuestras respectivas “tareas” se encuentran, donde podemos colaborar más y mejor, es en el campo de la denuncia pública, en el trabajo por que la sociedad andaluza tome clara conciencia de que éste no es un problema individual sino social, que necesita soluciones técnicas, si, pero sobre todo, lo que es imprescindible, es que la política con mayúsculas mire hacia aquí y tome cartas, de verdad, en el asunto. Ahí es donde podemos ir codo con codo, cada cuál desde su personalidad.
¿Qué posibilidades hay para constituir una federación a nivel nacional y qué tipo de impulso daría a la visibilización de los accidentes de trabajo y la repercusión en las familias?
Actualmente estamos empezando a coordinarnos cuatro colectivos: AVAELA (Andalucía), AVALTO (Toledo), AVAELA (Guadalajara, a pesar del nombre es una asociación distinta a la nuestra) y la plataforma 28 de abril (La Rioja). Sabemos que hay algún intento de creación de otras asociaciones en el Levante y en Cantabria, y esperamos que cristalicen para invitarles a trabajar conjuntamente.
Nuestra intención es constituir una federación a nivel nacional, para tener más fuerza, dirigirnos a la Administración Pública y tener interlocución con quienes nos gobiernan
Nuestra intención es precisamente eso: constituir una federación a nivel nacional. Eso nos dará más fuerza para emprender acciones en el ámbito estatal, carta de naturaleza para dirigirnos a la Administración Pública y tener interlocución con quienes nos gobiernan en nuestro país. Creo que es muy necesaria esta iniciativa, ya que visibilizará el problema de la salud laboral con mayor claridad. Y esto es crucial para luchar contra esto y para que víctimas, y familias, puedan optar a la protección de unos derechos de los que ahora mismo, se ven despojados injustamente en demasiadas ocasiones.
¿Cómo se presenta este 28 de abril de 2022? ¿Dónde queréis poner el foco?
Este año habíamos conseguido que el Parlamento Andaluz hiciera una declaración institucional, en Pleno, el mismo día 28 de abril. Desgraciadamente, la convocatoria de elecciones en nuestra comunidad autónoma ha tirado por tierra algo en lo que hemos trabajado muy duro durante mucho tiempo.
No obstante, eso no nos va a detener. Hemos tomado la palabra ante la Diputación y Ayuntamiento de Córdoba, en sendos plenos donde sí se hará una declaración institucional. Además, hemos propuesto a la Diputación de Jaén que se sume a esta iniciativa y realicen allí otra declaración institucional (a día de hoy, esto está prácticamente conseguido. Se realizará el 3 de mayo). Ante estas instituciones y ante la sociedad andaluza en general, queremos poner de manifiesto que nosotros, nosotras, somos los rostros, la mirada de las cifras que publica el ministerio. Que somos fruto de algo tremendamente injusto: que la persona es tratada como una herramienta más en el puesto de trabajo. Y como cualquier llave inglesa, hay veces que se rompe, y entonces se cambia y a otra cosa. Es duro decirlo así, pero en el fondo, es lo que pasa.
Además de esto, tenemos previsto realizar ruedas de prensa en Córdoba y Jaén y salir a los medios de comunicación a gritar que el trabajo es seguro, o no es trabajo.
Por último, el mismo día 28 por la tarde tenemos previsto dar una conferencia en la parroquia San Felipe Neri de Sevilla, con motivo de este día.
¿Cómo afecta a las familias de las víctimas la dedicación de un día mundial a un fenómeno que en su caso ha destrozado sus vidas?
Es difícil responder a esto ya que cada persona, cada familia, es un mundo. Pero en general supone un momento muy duro. Se pone encima de la mesa, y con grandes altavoces, algo que están sufriendo en sus carnes: nada menos que la pérdida de seres queridos, o tener que enfrentarse a un accidente o enfermedad con consecuencias físicas y económicas, en algunos casos muy traumáticas.
Cuando palpas el sufrimiento, y te muestran lo injusto que es que existan estas cosas, no tienes más remedio que solidarizarte con esa realidad
A partir de aquí, veo muy a menudo personas dañadas pero que se realimentan de esa rabia, de ese sufrimiento, y se sobreponen a las lágrimas. Cuando ocurre eso, no hay periodista, político ni nadie que permanezca impasible. He sido testigo de cómo ha impactado la experiencia de una víctima ante muchos foros, en muchas conversaciones. Y es que cuando palpas el sufrimiento, y te muestran lo injusto que es que existan estas cosas, no tienes más remedio que solidarizarte con esa realidad.
¿Hasta qué punto consideras que la última reforma laboral que apuesta por la contratación estable puede ayudar a reducir la siniestralidad laboral?
La precariedad laboral está en la base de esta injusticia. En realidad, la siniestralidad laboral no es más que una consecuencia de la visión capitalista del trabajo que existe en nuestra sociedad. Todo tiene un valor económico: quien trabaja también. Y ese precio se mide en la resta entre beneficio y coste de esa persona que trabaja. De ahí surgen muchos problemas y situaciones injustas. Quizá una de las más sangrantes sea la pérdida del derecho a que tu trabajo cuide de tu salud, en lugar de agredirla.
En la medida en que esta reforma laboral consiga aumentar la estabilidad, la calidad en definitiva, del trabajo, estoy seguro que se reflejará en la reducción de la siniestralidad laboral. De hecho, es claro que la implantación de la reforma de Rajoy trajo consigo un pico en las estadísticas de siniestralidad. Una reforma que, no lo olvidemos, respondía a una visión donde el trabajo se debía plegar a los intereses empresariales. Y esto lo hacía, entre otras cosas, por la vía de la precarización laboral.
¿Cómo valoras la sensibilización de la Iglesia y del resto de la sociedad en torno a esta problemática?
Nosotros decimos que las muertes laborales son las muertes olvidadas. En un país donde prácticamente mueren dos personas, diariamente, en sus “tajos”, no hay un debate público en torno a la siniestralidad. Apenas aparece en los telediarios y, por supuesto, no está en las conversaciones de la ciudadanía. ¿Por qué?, porque es un asunto tapado, oculto. Porque hablar de esto es poner cortapisas a la filosofía del máximo beneficio.
En este sentido, el trabajo que queda por delante es el mismo que recorrió el colectivo feminista con la violencia de género. Ellas hicieron que se pasara de hablar de “crimen pasional” a “terrorismo machista”. Llegaron a eso haciendo que este tema llegara a ser considerado como un problema social de primera magnitud. Eso es lo que hay que conseguir en este campo.
En cuanto a la Iglesia, también es difícil generalizar. Sin embargo, una cosa está clara. AVAELA no existiría si no fuera por el empuje de la HOAC en Andalucía. En cualquier foro que participamos siempre hay gente de Iglesia. Creo que los valores evangélicos te aportan una sensibilidad especial hacia el sufrimiento humano…, y un amor inquebrantable por la Justicia. Esos ingredientes salen a flor de piel en las personas que respiran las Bienaventuranzas. En ese sentido, creo que la Iglesia puede prestar (y pienso que prestará) un gran servicio en la sensibilización de la sociedad hacia la siniestralidad Laboral y la falta de salud en el trabajo.
Redactor jefe de Noticias Obreras
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