La Iglesia de Málaga denuncian la devolución en frontera de personas migrantes “contraria a los derechos humanos”
La Delegación de Migraciones, Cáritas y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la diócesis de Málaga-Melilla expresan “su dolor” ante los hechos que han aconteciendo en Melilla y denuncian la devolución en frontera de personas migrantes “contraria a los derechos humanos”.
“Miles de personas vienen huyendo de las guerras, la miseria y la violencia. Como cristianos, no podemos mirar hacia otro lado. Debemos esforzarnos en conocer la realidad de la que vienen huyendo: 70 guerras tenemos olvidadas, pero están ahí. La situación en muchos países es verdaderamente preocupante. Ucrania, Mali, Guinea… todos necesitan y merecen nuestra empatía, solidaridad y protección, nuestra disponibilidad de acogida no puede hacer acepción de personas”.
Por ello, la delegación de Migraciones y Cáritas denuncian “enérgicamente que la devolución en frontera de personas que intentan entrar en nuestro país, sin el debido procedimiento, es contraria a los derechos humanos, pues impide la protección internacional de refugiados y atenta contra la dignidad de toda persona. Esta violencia es una muestra más de la falta de humanidad en nuestras políticas migratorias”.
El pueblo de Dios está llamado a socorrer al “extraño para socorrerlo, poniendo todos los medios a nuestro alcance. El buen samaritano no solo protegió al desvalido y curó sus heridas, sino que procuró su cuidado estableciendo “redes de colaboración” con el posadero. Debemos unir fuerzas para trabajar por la paz, que es inseparable de la justicia y la caridad, y que conlleva promover para todos una sociedad del cuidado y una fraternidad universal”.
Todas las vidas valen lo mismo
Por su parte, la comisión diocesana de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), movimiento de trabajadores cristianos, señalan en su comunicado, recordando al papa Francisco, que “lo que está en juego es el rostro que queremos darnos como sociedad y el valor de cada vida” y piden al Gobierno de España “que desempeñe el papel humanitario que corresponde a nuestra sociedad”, posibilitando acoger a las personas refugiadas que lo necesitan en Europa, tanto en el norte como en la Frontera Sur.
“Todas las vidas valen lo mismo cuando están en peligro. Por ello, consideramos que las devoluciones en caliente que se planean para la vida de algunos son contrarias a los derechos y acuerdos reconocidos a cualquier persona en los tratados internacionales. De igual forma, pedimos la retirada de las “concertinas” en las vallas de Ceuta y Melilla, por razones de estricta humanidad y respeto a los derechos humanos”.
La mayoría de las personas que en estos días han accedido a Melilla, arriesgando sus vidas hasta saltar las vallas de la frontera sur, vienen de países en conflicto. Son personas desprotegidas, que huyen de las guerras, la miseria y la violencia que sufren en sus países, buscando el respeto a los derechos humanos en nuestras sociedades democráticas. No olvidemos que la calidad de la democracia y del Estado de derecho de un país se mide por la protección y el trato que se da a las personas vulnerables, entre ellas a quienes nos necesitan para sobrevivir. El papa Francisco nos recuerda que lo que está en juego es nuestra propia humanidad, nuestro progreso como sociedad depende de la capacidad de dejarse conmover, sin ceder “a la lógica del mundo, que justifica el abusar de los demás para lograr nuestro beneficio personal o el de: ¡primero yo y luego los demás!”
Redacción de Noticias Obreras.