Luis Ayala: «Muchas personas se quedaron sin empleo, sin protección y sin derechos»

Luis Ayala Cañón, catedrático de la UNED y uno de los coordinadores del informe publicado por FOESSA, en colaboración con Cáritas, Evolución de la cohesión social y consecuencias de la Covid-19 en España, profundiza en esta conversación en lo que el coronavirus ha supuesto para la población más vulnerable y para nuestro modelo de sociedad.

¿Qué ha ocurrido para que la población que ya estaba en desventaja en España haya tenido que soportar todavía peores condiciones de vida durante esta pandemia?

No es una novedad. Son personas más sensibles a los ciclos económicos. En esta, se ha añadido que había muchas personas que vivían al día, con bajos salarios, con contratos cortos, cuando los había, porque había muchas en la economía sumergida, gente que de la noche a la mañana se quedó sin nada, sin derechos, sin protección, sin indemnizaciones.

¿Cómo han sobrevivido en este periodo sin poder salir de sus casas, sin poder trabajar ni en esa economía informal?

Las familias en exclusión severa, prácticamente todas, han reducido o eliminado su ocio, un tercio ha reducido gastos sanitarios y más de la mitad han recudido los gastos de energía en el hogar. Han tenido que reducir consumos vitales para el bienestar. El ocio, incluido, que es un bien relacional muy importante.

En la crisis anterior, uno de los problemas más grandes fue, no solo el desempleo o la exclusión, sino la vivienda. Muchas se aferraron a la vivienda a costa de lo que fuera, lo que incluía gastos muy importantes para el futuro de los niños, por ejemplo, la alimentación correcta, las actividades extraescolares… Estos ajustes en bienes básicos para su bienestar, aunque sean transitorios, pueden tener efectos permanentes. Haber vivido en la pobreza y la privación en la infancia determina mucho el bienestar futuro en términos de empleo, salarios, relaciones sociales, salud…

¿Qué rasgos distintivos presenta la pobreza que ha emergido con la pandemia y la gestión de la misma?

Han aflorado muchas cosas que estaban ya presentes, pero con mayor intensidad. Por ejemplo, la exclusión digital. Al cerrar los colegios, obligar al teletrabajo y generalizar los ERTE se ha hecho más visible. O la fragmentación de las relaciones sociales. Es muy preocupante en el caso de los jóvenes: se han aislado más y sus formas de pobreza cada vez son más multidimensionales, salud, participación política, además de las tradicionales, encontramos problemas. Probablemente sea en los jóvenes donde más confluyen las nuevas dimensiones dónde hoy se juega la exclusión social.

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Jose Luis Palacios

Redactor jefe de Noticias Obreras