Justicia con las víctimas del amianto
El hecho
«Yo me vine de Madrid porque era la oportunidad de trabajar en mi pueblo. Todos teníamos la sensación de que nos había tocado la lotería por poder trabajar en Uralita. Teníamos 24 años y lo único que queríamos era trabajar. Nunca nos dijeron nada de la peligrosidad del amianto. En los inicios, comíamos el bocadillo encima de los sacos de amianto (…) Uralita amasó una fortuna y nosotros perdimos la salud y algunos la vida».
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Presidente de AVAELA.