El reclamo de fraternidad
Igualdad y libertad son dos imperativos que vienen pujando en el mundo moderno. Pero ya, en este tiempo de un desarrollo científico y técnico deslumbrante, vemos cómo estos dos imperativos no tienen respuesta satisfactoria.
Falta la conciencia de fraternidad que también nació como apuesta en los albores de la Ilustración. Cuando miramos al otro como hermano, con la misma dignidad que nosotros y con el derecho a ser libre, comprendemos que esa dignidad y ese derecho cuestionan nuestra forma de vivir y el ejercicio de nuestra libertad. No debemos almacenar recursos mientras otros pasan hambre; solo nuestra libertad florece cuando, mirando a otro como hermano, también procuramos su libertad.
La Biblia cuenta lo que quizás nunca ocurrió, pero que está ocurriendo siempre. Según el Génesis o libro de los orígenes, la vocación de los humanos es la fraternidad: en presencia del Creador, vivir amándonos y en convivencia pacífica con todos los vivientes. Pero los humanos pretenden ser absolutos y en consecuencia llega el fratricidio de Caín contra su hermano. Es el paradigma o patrón de lo que ocurre una y otra vez en la historia de la humanidad. Por eso, en la ideología de nuestra organización social, la igualdad de oportunidades parece un sueño de idealistas y la libertad sin freno acaba degradando a todos los humanos, bien por la codicia insaciable, bien por la miseria inhumana.
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Teólogo