La manipulación de las emociones

«Teóricamente somos el ser racional por excelencia y, sin embargo, somos la especie más emocional». Esta frase, pronunciada en su día por Eduardo Punset, encierra una gran verdad.

Presumimos de nuestras capacidades para aprender desde la lógica, adquirimos conocimientos basados en el análisis y la experiencia, y consideramos indiscutible el método científico, que solo admite aquello que podemos validar con hechos y pruebas.

Nos identificamos con este estereotipo, que repetimos como un mantra, pero lo cierto es que los sentimientos condicionan nuestras decisiones, forman nuestra personalidad y definen nuestro pensamiento. Los gurús de los algoritmos, la inteligencia artificial y la neurociencia lo saben muy bien.

Manipular nuestras mentes es mucho más fácil de lo que gusta reconocer y manipular nuestro voto en unas elecciones es hoy una realidad, al alcance de quienes saben cómo gestionar en beneficio propio las emociones individuales y colectivas.

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Javier Madrazo

Profesor de Filosofía (Bilbao)