El ministro de Seguridad Social se queda solo en su idea de ajustar las pensiones de los “baby boomers”
Poco ha durado la paz en la mesa del diálogo social. El mismo día en que se escenifica el acuerdo de pensiones entre el Gobierno, sindicatos y patronales, el ministro de Seguridad Social se descolgó con un aviso sobre el retiro de las generaciones más numerosas.
“Los baby boomers podrán elegir entre un ajuste pequeño en su pensión o podrán trabajar algo más”, declaró en una entrevista en RTVE, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
Las generaciones nacidas entre 1960 y 1975 sufrirán un “ajuste bastante moderado.” “Podrán elegir entre un ajuste pequeño en su pensión o alternativamente podrían trabajar algo más. Tenemos todavía que concretar los detalles”, declaró el ministro.
Enterado de las declaraciones del ministro, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha asegurado que ahora mismo no hay ninguna propuesta que defina el nuevo factor de sostenibilidad, solo el compromiso de que los agentes sociales puedan negociarlo. Sobre las pensiones de las generaciones que se jubilarán próximamente, ha advertido que “lo que tiene que resolver España de forma permanente y democrático es qué parte de la riqueza que se genera en el país está dispuesto a gastarse en pensiones en cada momento histórico”.
Por su parte, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, calificó las palabras del ministro como una “salida de tono”. De hecho, abundó en que el criterio expresado por Escrivá, “no está ni planteado”. Con todo, ha dejado claro que “en ningún caso” las organizaciones sindicales llegarán a un acuerdo “de las características que plantea el Gobierno”, que suponga un recorte en la cuantía de las pensiones.
Incluso las patronales CEOE y Cepyme, salieron al paso: “Dicha pretensión no forma parte del acuerdo alcanzado ni se comparte”. Aunque explicaron que la fórmula que se tendrá que negociar debe respetar la equidad y la solidaridad intergeneracional, para evitar que los esfuerzos recaigan “solo sobre algunas generaciones la sostenibilidad del sistema”. Antonio Garamendi, líder de la CEOE, explicó que la negociación se dividido en tres fases, la última de las cuales, que prevé sea “más complicada“, deberá determinar el nuevo criterio de sostenibilidad.
Críticas de USO y CGT al acuerdo de pensiones
Los sindicatos que no participan en la Mesa del Diálogo Social, en cambio, critican abiertamente el resultado del acuerdo de pensiones. Para USO, “se ha preferido partir la reforma en dos para poder tener la foto de hoy (por ayer), antes del verano, y dejar así para 2022 las materias más complejas”.
Además, explica esta organización de trabajadores que “se pregona a los cuatro vientos que se ha “tumbado la reforma de 2013”, especialmente en lo relativo a una de las medidas estrella, que es la derogación del factor de sostenibilidad”, cuando, como recuerda, “la ley 27/2011, de 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del sistema de la Seguridad Social, que entró en vigor en 2013, elevó la edad de jubilación a los 67 años e introdujo las claves de la modificación de la revalorización de las pensiones”
En términos igualmente duros, se ha expresado CGT, sobre el acuerdo de pensiones al hablar de “una nueva alianza para continuar retrasando la edad de jubilación, bajando los salarios, recortando las cotizaciones empresariales, ampliando o endureciendo los requisitos para acceder a una pensión digna, congelando las pensiones o permitiendo que los ricos no coticen por todo lo que ingresan”.
Según CGT, la nueva reforma del sistema de pensiones aumentará los coeficientes penalizadores a quienes decidan optar por la jubilación anticipada voluntaria, incentivará la “jubilación demorada” y creará “un nuevo mecanismo de equidad intergeneracional para que el importe de la pensión se calcule en función de la esperanza de vida de las personas”.
Redactor jefe de Noticias Obreras