Coqui Rodríguez: “Necesitamos recuperar y profundizar en la utopía”
María José “Coqui” Rodríguez, presidenta de la HOAC de Granada, ha disertado sobre los desafíos que para quienes aspiraran construir una sociedad más justa y fraterna plantea la realidad actual y en particular, sobre el papel que puede jugar este movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos a favor de la comunión y amistad social con el mundo obrero empobrecido.
En la tercera ponencia las jornadas de profundización y debate Retos y esperanzas del mundo del trabajo en la era poscovid de los cursos de verano de la HOAC, Rodríguez ha recordado las contantes histórica de la HOAC, ahora que cumple 75 años de recorrido y su anhelo permanente de comunión con los empobrecidos, pero también insistiendo en los condicionamientos nuevos que ha traído la actual pandemia, además de destacar algunos de los rasgos que marcan el presente.
A su juicio, la pandemia, a pesar del sufrimiento que ha provocado, también ha sido un tiempo para reconocer signos de la presencia del Reino de Dios, a través de las muchas iniciativas de atención y solidaridad que han surgido; y un momento propicio para, después de haber sentido la fragilidad y vulnerabilidad, entender mejor y solidarizarnos decididamente con las las víctimas de este sistema injusto.
Para poder colaborar en la construcción de una sociedad fraterna, cristianos y personas de buena voluntad, cogidos de la mano, hemos de avanzar por cinco sendas, en las que Rodríguez se ha detenido más tarde. Las sendas que pueden ayudar a esta tarea, según Rodríguez, pasan por encontrar sentido y asumir nuestra responsabilidad en acercar la utopía; por sentir como propia la indignación; por luchar por la justicia social y la igualdad de todos los seres humanos; por cultivar la esperanza y la reconciliación; y por favorecer el encuentro fraterno y de la comunión.
La utopía del reino de Dios
“Ante un sistema económico y financiero que mata al ser humano y termina con la vida en el planeta, hemos de cambiar el rumbo de nuestro mundo necesitamos recuperar y profundizar en la utopía”, ha planteado Coqui. Para los cristianos, ha insistido, “la utopía es el Reino de Dios y hemos de embarcarnos en su realización, aunque a veces nos parezca que nunca llega”, sin olvidarnos de que “Dios nos ha elegido a cada uno de nosotros, a la HOAC para que, cómo los albañiles al construir la casa, vayamos poniendo los cimientos del mundo nuevo sin perder la orientación”.
La senda de la indignación
Teniendo en cuenta que “el Dios cristiano, es un Dios que se encarna en nuestra humanidad, penetra en nuestra historia para enseñarnos el camino de humanización y liberación”, dejarse acompañar y acompañar a, y por, los demás, especialmente los más empobrecidos, implica, en palabras de Rodríguez “descolocarme y resituarme en la realidad y vida del otro, es decir a encarnarme, a mirarle a los ojos con una mirada de com-pasión pero también de indignación”.
Justicia social e igualdad
Pero, “no basta solo con ser acompañantes, queremos colaborar al cambio de mentalidad, es decir, ayudar a una nueva manera de entender y comprender en qué consiste nuestra humanidad y cómo se construye”, ha afirmado y ha recordado al papa Francisco en Laudato si’ cuando dice que “muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos”.
Esperanza y la reconciliación
“No tenemos razones para el optimismo dada la realidad social injusta en la que vivimos, pero sí tenemos razones fundadas para la esperanza”, ha comentado Rodríguez. “Nuestra esperanza se funda y sustenta en Dios que nunca nos abandona, que tiene palabra y cumple su promesa. La historia ha demostrado que los seres humanos somos capaces de provocar cambios y determinar la orientación que queremos darle”, ha añadido.
Hoy día encontramos presencia y semillas de reino en medio de la vida cotidiana. “Tanto antes como ahora, ha habido personas y colectivos capaces de mostrar, con sus palabras, vidas y acciones lo mejor del ser humano. Millones de personas y grupos viven volcados en acompañar, acoger, ayudar, cuidar de los otros y de la casa común”, ha apuntado. Por eso, ha reclamado que “si queremos ser Buena Noticia para los trabajadores del mundo obrero debemos dar visibilidad a experiencias alternativas en la forma de vivir y en los estilos de vida tanto personal como comunitariamente. Precisamente, coincide con la cuarta de las claves para la misión de la HOAC.
Fraternidad y comunión
La militante obrera y cristiana ha explicado que “frente a un mundo destructor, individualista y egoísta, nosotros queremos ser constructores de fraternidad y comunión” y ha recalcado que “queremos y nos esforzamos en aportar sobre todo nuestro ser, pero también nuestro hacer junto a otros para cambiar el rumbo y orientación del mundo actual en este momento concreto de la historia”.
Para concluir, Rodríguez ha planteado que al caminar por las sendas propuestas, “nos hacemos consciente y nos comprometemos al cuidado de unos a otros y al cuidado de la casa común, a vincular las relaciones entre las personas y comunidades desde el reconocimiento, el respeto a la igualdad y dignidad de todos los seres humanos, recreando alternativas sociales de una nueva manera de vivir para que otro mundo sea posible, por lo que ha terminado haciendo una invitación a continuar construyendo “el nosotros, tendiendo puentes y derribando muros, transitando por los distintos senderos que nos van aproximando al Reino de Dios”.
Programa para el sábado 16 de julio
La última parte de los cursos de verano es la jornada de oración prevista para el sábado 16 de julio a partir de las 10:45h. Con el título “La mística que nos sostiene en la propuesta de Rovirosa” Maite Valdivieso, militante HOAC Bilbao, dinamizará la mañana con meditación y pistas para orar desde el planteamiento de Guillermo Rovirosa.
Redactor jefe de Noticias Obreras
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