Desolador panorama laboral en los territorios árabes ocupados
El director general de la Organización internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, en su informe sobre la situación de los trabajadores del territorio palestino ocupado, califica como “desoladora” la imagen del mercado laboral, marcado por un desempleo galopante y una protección deficiente que se ceban especialmente con las mujeres y la juventud.
La investigación llevada a cabo por la OIT, en cumplimiento del mandato recibido*, revela que “asfixiado por la ocupación, el mercado de trabajo palestino es incapaz de hacer frente a las necesidades” y advierte que “no es de sorprender que, en el contexto de la ocupación, con frecuencia peligren los derechos de los trabajadores”.
Para Guy Ryder, “se podría y se debería hacer más por desarrollar una coordinación laboral tripartita a ambos lados de la barrera de separación”, en aras de la promoción del trabajo decente, que, insiste, precisa de diálogo social y cooperación tripartita, que la OIT está dispuesta a favorecer. Con la crisis de la COVID-19 aún reciente, el director de la OIT aprovecha para decir que “muchas cuestiones laborales no pueden tratarse eficazmente sin coordinación ni cooperación. Los mundos del trabajo palestino e israelí se enfrentan hoy a los mismos riesgos, potencialmente desastrosos, de la pandemia”.
Para el alto mandatorio de la agencia de Naciones Unidas para el trabajo, el enfrentamiento entre Israel y Palestina, no es un conflicto más, sino más bien, “el foco mismo de la inestabilidad que sacude la región que, de no resolverse, “seguirá siendo fuente de inestabilidad e inseguridad para los trabajadores”.
“La tasa de actividad es baja y el desempleo y la subutilización de la fuerza de trabajo están muy extendidos. La situación laboral de los jóvenes y de las mujeres sigue siendo muy difícil. Las mujeres jóvenes son las que más sufren; pocas tienen posibilidades de encontrar un trabajo”, describe Ryder.
Riesgo de radicalización
Preocupa especialmente la situación en Gaza, territorio “sometido” a un bloque paralizante que sobrevive gracias a la ayuda humanitaria. El empleo es esporádico y escaso, por lo que, según se puede leer, “la mayor parte de la población ha perdido la esperanza”. No obstante, la investigación de la OIT defiende que Gaza tendría potencial para prosperar si se le permitiera, dado que “muchos trabajadores tienen competencias e iniciativa empresarial”. Pero, para ello, haría falta ante todo el levantamiento del bloqueo, pero, también, la reconciliación entre palestinos”.
Denuncia Ryder “prácticas abusivas” de los empleadores israelíes que contratan a trabajadores palestinos, al tiempo que afirma que “Israel tiene los medios — y debe promover la voluntad política — para ofrecer condiciones de trabajo decente a los palestinos a los que emplea”.
En las observaciones finales del informe La situación de los trabajadores de los territorios árabes ocupados, se destaca que “ningún país en el mundo totaliza una tasa de desempleo femenino tan elevada. La mitad de la población palestina es menor de veinte años. La exclusión, hoy creciente, de los jóvenes del mercado de trabajo provoca frustración y propicia la radicalización”.
“Las condiciones a menudo siguen siendo precarias
y los riesgos para la salud y seguridad
en el trabajo demasiado elevados”
La investigación detalla que “Israel necesita mano de obra y los palestinos han respondido de forma creciente a esa demanda. Más de 130.000 palestinos trabajan, en la actualidad, en obras de construcción, cocinas y campos de cultivo israelíes. Para la mayoría, supone un apreciable alivio con respecto al restringido mercado de trabajo palestino”. Sin embargo, “las condiciones a menudo siguen siendo precarias y los riesgos para la salud y seguridad en el trabajo demasiado elevados” y “se ha hecho muy poco para acabar con el régimen abusivo e ineficaz de permisos”. El informe concluye que la intermediación para contratar mano de obra palestina genera unos 19 millones de dólares que se detraen de los salarios de los trabajadores palestinos. En la parte palestina, a pesar de ciertos avances en la gestión y administración del trabajo, en ámbitos como “la legislación laboral o el de la seguridad social, los avances se han visto obstaculizados por la falta de dinamismo y de resultados”.
El informe termina con un llamamiento al entendimiento que podía comenzar precisamente por el diálogo y coordinación de las partes implicadas en la generación de empleo: “las mejoras en el ámbito laboral podrían allanar el camino para reforzar el diálogo sobre cuestiones económicas y sociales más amplias, salvando las diferencias”.
* En 1980 la 66ª Conferencia Internacional del Trabajo aprobó una misión periódica de evaluación de las repercusiones de los asentamientos israelíes en Palestina y en otros territorios árabes ocupados en relación con la situación de los trabajadores árabes. La misión examina la situación de los trabajadores del territorio palestino ocupado (la Ribera Occidental, con inclusión de Jerusalén Oriental, y Gaza) y del Golán sirio ocupado.
Redactor jefe de Noticias Obreras