Movilización ciudadana por el acceso universal a la vacuna contra la COVID-19
En la UE está en marcha una iniciativa ciudadana para cambiar la política de patentes y licencias como primer paso para garantizar su acceso universal. La iniciativa “Right2Cure” (derecho a curar) necesita recoger un millón de firmas entre las ciudadanía de los veintisiete estados miembros, para que la Comisión Europea considere el cambio legislativo propuesto.
Se trata de una campaña apoyada por una amplia coalición formada por sindicatos, ONG, asociaciones de defensa de la sanidad pública, asociaciones de profesionales sanitarios, grupos de activistas, asociaciones de pacientes y de vecinos, asociaciones estudiantiles y expertos en salud. Con el apoyo de tu firma ayudarás a que las vacunas y tratamientos sean considerados un bien público global, accesible a todos y todas de manera gratuita.
La vacuna “debe ser universal, para todos”
“Sería triste si al proporcionar la vacuna se diera prioridad a los más ricos, o si esta vacuna se convirtiera en propiedad de esta o aquella nación, y ya no fuera de todos”, afirmó el Papa, en su discurso a los miembros de la Fundación Banco Farmacéutico.
En varias ocasiones, el papa Francisco ha afirmado la necesidad de lograr que las vacunas sean accesibles para todos, para evitar la “marginalidad farmacéutica”: “si existe la posibilidad de curar una enfermedad con un medicamento, éste debería estar al alcance de todos, de lo contrario se comete una injusticia”. Las vacunas, para que puedan “iluminar y llevar esperanza al mundo entero, deben estar a disposición de todos… especialmente para los más vulnerables y necesitados de todas las regiones del planeta”, dijo en su mensaje Urbi et Orbi de Navidad.
Favorecer la solidaridad humana
La Comisión Vaticana Covid-19 y la Academia Pontificia para la Vida, en su documento “Vacuna para todos. 20 puntos para un mundo más justo y sano”, lo dicen bien claro: “El objetivo de la explotación comercial como único criterio no es éticamente aceptable en el ámbito de la medicina y la atención sanitaria. Las inversiones en dicha área deberían encontrar su significado más profundo en la solidaridad humana. Para que esto sea posible, hay que identificar y diseñar sistemas que favorezcan la transparencia y la colaboración, en lugar del antagonismo y la competencia.
Debemos superar la lógica del “nacionalismo de la vacuna”, entendida como el intento por parte de varios Estados de tener su propia vacuna lo antes posible, con el fin de ganar prestigio y ventaja, procurándose los primeros la cantidad necesaria para sus propios habitantes. Acuerdos internacionales para gestionar patentes a fin de facilitar el acceso a todos al producto y evitar posibles cortocircuitos comerciales, como también para mantener el precio estable en el futuro, son altamente deseables y deben ser apoyados”.
Si se comparte el resultado de las investigaciones de las farmacéuticas y se permite la producción de las vacunas a otras empresas y entidades con capacidad para ello, la producción de dosis a nivel mundial se podría acelerar, a un costo mucho más reducido. Es lo que han propuesto países como India y Sudáfrica en la Organización Mundial de Comercio.
Compartir las patentes
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en medio de la polémica por los retrasos e incumplimiento en la entrega de las dosis comprometidas, escribió a los presidentes de varios gobiernos europeos señalando que “si no se encuentran soluciones satisfactorias (…) debemos explorar todas las opciones, (…) incluyendo un posible recurso al artículo 122 del Tratado de Funcionamiento de la UE”, por el que se podría obligar a los fabricantes a compartir sus patentes.
La resolución del Parlamento Europeo de 10 de julio 2020 animaba a la Comisión a exigir, en todas sus convocatorias para financiación e inversión, que los productos finales tuvieran licencias no exclusivas, y a apoyar la iniciativa de la OMS “COVID-Technology Accesss Pool” (C-TAP) para que las empresas y países compartieran las licencias y patentes de tecnologías y medicamentos frente a la COVID. Pero esta declaración no ha sido tenida en cuenta las negociaciones de la Comisión con las empresas.
En apenas tres meses la UE recaudó 16.000 millones de euros en un fondo COVID, para apoyar la investigación y desarrollo de distintas medidas. La UE y sus estados miembros han invertido más de 8.000 millones de euros en investigaciones de tecnologías y medicamentos frente a la COVID.
Redactor jefe de Noticias Obreras