Fratelli tutti: de la demonización al diálogo entre adversarios políticos
Durante los meses más duros de la pandemia, el papa Francisco encargó al cardenal Turkson, responsable del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, la creación de unos grupos de trabajo centrados en la sociedad de la pospandemia. Una de las cuestiones a las que quería se diesen vueltas era a cómo iba a quedar la vida política «el día después».
Crispación, deslegitimación de las instituciones, precarización laboral, dualización social, incapacidad para el diálogo y la búsqueda de acuerdos constructivos, desconfianza del otro, rechazo del diferente… fueron algunos de los problemas que se pusieron sobre la mesa. De algún modo, la encíclica Fratelli tutti fue un modo de recoger ese guante y lanzárselo, entre otros, a la clase política.
Antes del verano de 2020, el cardenal Carlos Osoro creó cinco grupos de reflexión en la diócesis de Madrid. Versaron sobre «Urgencias desde la realidad social», «Estudios y prospectivas: la necesidad de la revinculación», «Los medios de comunicación social en la pospandemia», «La sociedad del futuro y lo qué pide a la Iglesia» y «La política después de la COVID-19». Nos referiremos al último grupo, que es el que interesa a esta colaboración.
Contenido exclusivo para personas o entidades suscritas. Para seguir leyendo introduce tus datos o suscríbete aquí. Si no los recuerdas, haz clic aquí
Vicario de Pastoral social e innovación