Cristianos y cristianas de Córdoba se unen por el clima

Cristianos y cristianas de Córdoba se unen por el clima
Entidades de inspiración cristiana y parroquias de Córdoba ponen en marcha la iniciativa Cristianos y cristianas por el clima (CxCC), con el compromiso de «concienciar y visualizar el problema del cambio climático y de la importancia de avanzar hacia un consumo más responsable», según declara Manolo Díaz, presidente diocesano de la HOAC, movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos que participa en la iniciativa.

Con este paso hacia adelante, motivado por la preocupación de la crisis ambiental existente y por las enseñanzas del magisterio del papa Francisco en su encíclica Laudato si’, las entidades firmantes del manifiesto se comprometen al “desafío urgente de proteger nuestra casa común” que va unida a la preocupación “de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”. Un primer compromiso es luchar contra el cambio climático, junto con otros actores protagonistas de la ciudad califal, donde ya existe un compromiso explícito del Ayuntamiento –con el acuerdo unánime de los seis grupos políticos– recogidos en la Declaración de Emergencia climática, una iniciativa que fue impulsada por colectivos ecologistas, vecinales, culturales, sindicales, de jóvenes y del ámbito de la cooperación y la solidaridad, mediante una moción en el pleno. En este sentido, el próximo jueves 12 de noviembre, la iniciativa participará en la concentración frente al ayuntamiento para reclamar que se cumplan los compromisos de la Declaración.

Sumar sinergias y punto de encuentro

CxCC pretender sumarse a esta dinámica “que va abriéndose un hueco entre los colectivos de la ciudad” para contribuir a la toma de conciencia y a actuar para reducir las emisiones de gases invernadero y atender el clamor de la casa común por “el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”. En este sentido, la iniciativa quiere ser “punto de encuentro” para reunir a la comunidad cristiana “en el esfuerzo a realizar” y a reconocer que “el cambio climático es un problema global con graves dimensiones” que nos desafía a todos pero que, particularmente, afecta a los más empobrecidos.

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Cambio de modelo energético y de consumo

En Cristianos y cristianas por el clima son conscientes de la necesidad de conversión integral que supone cambiar el rumbo y que tiene implicaciones personales, en nuestros barrios, parroquias, lugares de trabajo… y en nuestras instituciones. Los cambios, apuntan en el manifiesto, deben comenzar “por el modelo energético actual”, pasando de los combustibles fósiles a las energías renovables y que “obligará a revisar nuestro modelo de consumo” para hacerlo más ético, responsable y respetuoso. Sabemos que las cosas pueden cambiar (Laudato si’, 13).