Quizá algún día te des cuenta

Quizá algún día te des cuenta

Hay suspiros que van a pecho abierto
y en el regazo sombras que no calman las dudas.
Momentos de penuria
donde el silencio se hace desierto en la memoria,
garabatea tréboles
y los dibuja de cuatro hojas
por si le viene la suerte de cara,
mas, un frío de incomprensión tiembla en las arterias
y un abejorro en la ventana
desequilibra el pensamiento por un instante.

Quizá algún día te des cuenta,
por qué se deshojaron aquellas amapolas
y qué viento les sacudió sus pétalos.

Cuando la intolerancia ha estallado en los labios
como un golpe de muros derruidos,
echa por tierra el vuelo de una alondra
que quería cruzar el horizonte
para buscar bondad en tiempos tan difíciles,
y se ha estrellado con la insensatez de una nube
que de negra, tan negra,
fue tormenta del mundo.

Cuando de las cenizas ya no surja
una forma de ser que nos encienda,
estaremos perdidos, pero antes…,
que un examen de conciencia conduzca
a otro posible encuentro con la vida,
un ejercicio compartido para salvarnos.

Encuentro de pupilas que quedaron aisladas
desde este transversal dolor que nos habita,
una oración de protesta nos nace
cuando ves que una lágrima se ahoga en la garganta
y con un gesto de media sonrisa
salvan la angustia de los suyos.

Dejad que lata la humanidad en nuestros vientres,
no como un sentimiento idílico,
sino pura necesidad:
ser el pan que se acerca al hambre de una boca.