Tras la pandemia

Tras la pandemia

La COVID-19 nos ha dejado un poco al aire. Han caído muchas aparentes seguridades, hemos constatado nuestra limitación y el enigma de la muerte ha saltado a primer plano. Un virus microscópico ha silenciado nuestra pretensión prometeica de robar el fuego de la in mortalidad a los dioses.

Pero, en el silenciamiento de nuestra desmedida ambición, han despuntando también durante los duros meses de pandemia la capacidad de resistencia, la ternura, la compasión solidaria que todos llevamos dentro y originariamente nos constituye. Sí, la pandemia ha puesto de relieve lo vulnerables y lo intercomunicados que estamos; pero también el humanismo de nuestra humanidad capaz de levantarse de sus propias cenizas. Hemos aprendido que, sin cuidarnos unos de otros, empezando por los últimos, por los más afectados incluyendo el cuidado de la creación, no podemos sanar a este mundo del que formamos parte.

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