Trabajadoras del hogar marchan por Granada por un empleo decente que cuide la vida
Más de un centenar de personas, la mayoría mujeres migrantes, han participado en en la manifestación organizada por la Asociación Sociocultural de Granada “Nosotras”, para celebrar el día internacional de las Trabajadoras del hogar y que ha iniciado su marcha desde la Plaza de la Hípica hasta la Plaza de las Batallas en Granada.
Con el apoyo de la Pastoral del Trabajo de Jaén y acompañadas por militantes y de la HOAC de las diócesis de Jaén y Granada, han recorrido las calles granadinas con una pancarta en la que se podía leer “Cuidar el trabajo, cuidar la vida”.
El gesto ha servido para reivindicar un trabajo digno y con derechos para poder desarrollar el cuidado decente, así como una ley de extranjería justa que impida la explotación y la precarización en el empleo del hogar y los cuidados.
Los y las militantes de la HOAC han acompañado a estas mujeres y sus reivindicaciones como sacramento que evoca la idea de que cuidar la vida es imposible, si no cuidamos el trabajo”, con la convicción de que “solo un trabajo decente puede cuidar, a la vez, la propia vida”.
Las convocantes han marchado con esperanza y decisión, entonando canciones sobre sus precarias condiciones de vida y de trabajo, declamando un poema dedicado a la madre trabajadora del hogar escrito por su hijo y proclamando lemas pegadizos y reivindicativos con los que llaman a las mujeres empleadas en este sector a organizarse.
La jornada ha permitido fomentar el diálogo entre las trabajadoras del hogar y cuidados con los militantes obreros cristianos, así como “procesionar” en defensa del trabajo decente como un derecho fundamental de las personas trabajadoras, teniendo muy en cuenta que, como dice Francisco, recordando la parábola del Buen Samaritano, no debemos permanecer indiferentes ante las personas heridas en nuestro caminar por la vida.
El trabajo es el gran tema de nuestras sociedades como actividad esencial para el reconocimiento de la dignidad de la persona, lo que no se cumple cuando se imponen condiciones precarias o se imposibilita acceder a él.
La marcha ha supuesto un paso más para recordar la necesidad de recuperar el sentido más profundo del trabajo, como actividad vocacional que nace del amor y la entrega, como contribución a la comunión, poniendo en el centro la vida y la preocupación por el cuidado del trabajo de estas mujeres, en un proceso de “deconstrucción” del pensamiento economicista y de “edificación del bien común”.
Redactor jefe de Noticias Obreras