Por una movilidad al trabajo sostenible, saludable y segura
En la semana europea de la movilidad, que empieza el 16 de septiembre, los sindicatos apuestan por desplazamientos al trabajo sean sostenibles, saludables y seguros.
Conscientes de que la COVID19 ha influido en los patrones de movilidad de las personas trabajadoras, las organizaciones de trabajadores defiende la recuperación del transporte público, la proximidad entre el lugar de residencia y el centro de trabajo y la electrificación del transporte.
“La distancia de seguridad entre personas para evitar el contagio y el rechazo a las concentraciones de personas en un mismo espacio han conducido, a aquellos que tienen la opción de hacerlo, a este dispar dilema a la hora de optar entre un modo u otro de movilidad”, explica CCOO, que considera prioritaria “la recuperación y, posterior aumento de las personas usuarias del transporte público, para lo cual, se debe “dar confianza en términos sanitarios, pero también confianza en los servicios mejorándolos y ampliándolos”.
Los desplazamientos a pie y en bicicleta, deberán ser las modalidades de desplazamientos principales, al ser los más sostenibles y saludables, física y mentalmente, por lo que además de favorecer la máxima proximidad posible entre el lugar de residencia y el lugar de trabajo, hay que establecer condiciones óptimas de los itinerarios. Más aún cuando “el modelo de movilidad basado en los desplazamientos al trabajo en vehículo privado motorizado es excluyente y discriminatorio”.
Movilidad inclusiva y segura
Además de la sostenibilidad, el sindicato valora la necesidad de atender la inclusión social, por lo que pide “garantizar la movilidad segura y cómoda de las personas con movilidad reducida, así como las necesidades de los jóvenes, que no tienen permiso de conducir ni recursos para pagarse un vehículo propio, pero pueden tener que desplazarse a centros de trabajo donde hacer sus prácticas profesionales o donde desempeñar su primer empleo. Dado también el uso diferenciado entre hombres y mujeres del vehículo privado, motorizado, la perspectiva de igualdad de género implica también “defender el derecho a la movilidad sostenible y de acceso universal”.
Dado que los accidente de ida y vuelta al empleo no han parado de crecer (representan el 10% de los siniestros laborales y el 20% de los mortales), el sindicato cree que sería buena política preventiva fomentar los desplazamientos al trabajo en los modos más seguros como es el transporte público, y aquellos más saludables y sostenibles, como es la movilidad activa.
Transición justa y dialogada
La evidencia de la crisis climática, íntimamente, relacionada con el modelo de movilidad aún predominante, obliga al sindicalismo a luchar para garantizar una transición justa para las personas trabajadoras actualmente ocupadas en sectores del transporte intensivos en emisiones de CO2 y una ordenación dialogada hacia la electrificación del transporte, tanto privado como público. La implantación de las zonas de bajas emisiones, tal como establece la Ley de cambio climático y transición energética, va a demandar un esfuerzo suplementario e inminente en ofrecer una alternativa útil en modos sostenibles a aquellos desplazamientos al trabajo que se vean afectados, opina el sindicato.
Todo ello, sin olvidar “la imprescindible mejora del transporte en la España vaciada”, lo que exige organizar el territorio con una red de transporte suficiente y eficaz basada en la combinación entre el ferrocarril y los servicios regulares y rápidos de autobús como transporte estructurante y para la capilaridad la extensión de modalidades como el transporte a la demanda”.
Redactor jefe de Noticias Obreras