El Vaticano hace un llamamiento a la ONU para que nadie quede excluido de la vacuna
Advierten de la necesidad de hacer accesibles las vacunas para que “nadie quede excluido” de ellas ya que “solo en solidaridad podremos salir de esta pandemia”.
El presidente de Caritas Internationalis, el cardenal Luis Antonio Tagle; el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, cardenal Turkson; y el secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John han firmado un documento en el que reclaman, para los países empobrecidos, entre otras cosas: “la condonación de la deuda de los países más pobres lo antes posible y utilizar los fondos obtenidos para mejorar los sistemas médicos y sanitarios de estos países”.
Los representantes del Iglesia realizan una breve reflexión en la que manifiestan su preocupación ante la situación que ha generado la pandemia en el ámbito internacional, que como explican “ha puesto de manifiesto la fragilidad y vulnerabilidad de la existencia humana”. Con el papa Francisco, recuerdan que “el virus nos ha unido y que solo en solidaridad podremos salir de esta pandemia”.
Brecha de desigualdad
En el documento, se muestra la preocupación debido a que, aunque la llegada de las vacunas “genera mucha esperanza”, también ha provocado “una brecha más grande en la desigualdad”. De una lado, en los países del Norte puede crear una ola de “nacionalismo y proteccionismo” mientras que los del Sur se quedan al margen de las consecuencias positivas, que tanto para la salud como para la economía puede conllevar el “milagro de las vacunas”, como las denominan.
El texto, además, recuerda las palabras del papa Francisco en su mensaje Urbi et Orbi para el día de Navidad pasado, en el que el pontífice reclama la necesidad de “vacunas para todos, especialmente para los más vulnerables y necesitados de todas las regiones del planeta. ¡Poner en primer lugar a los más vulnerables y necesitados!”.
Una crisis con contexto
El texto, que desde su título ya deja claro su posicionamiento —Acción urgente para el acceso a las vacunas COVID-19. Nadie debe quedar excluido—, además, reclama la necesidad de poner en marcha cuatro acciones que reduzcan la brecha económica y sanitaria entre países y que, según explican es necesario poner en contexto. Esta “crisis de las vacunas” que ahora se produce, también entre países ricos y dentro de ellos, es el reflejo de una realidad que ya ocurría antes de la COVID-19, en la que “muchas de las naciones menos desarrolladas siguen careciendo de infraestructuras médicas básicas y de medios para almacenar las vacunas”, entre otras situaciones de desigualdad.
Condonar la deuda y liberar las patentes
Por ello, los tres dirigentes de la Iglesia reclaman, “a los responsables de la toma de decisiones y a las Naciones Unidas” que son quienes tienen que garantizar los derechos para toda la humanidad, abordar el acceso a las vacunas en las instancias multilaterales como el asunto de “seguridad mundial” que es; condonar la deuda de los países empobrecidos y que esos fondos se inviertan “para mejorar los sistemas médicos y sanitarios de estos países”; y, abordar el tema de las patentes de las vacunas promoviendo su producción local en África, América Latina y Asia. Del mismo modo, el documento reclama que las organizaciones civiles y religiosas reciban apoyo financiero que puedan invertir en la sensibilización y formación de las comunidades locales en materia de prevención.
Periodista.
Responsable de Comunicación de Cáritas Valencia.
Militante de la HOAC