El Banco Central Europeo da un “respiro insuficiente” a la economía de la población trabajadora
La todavía muy tímida bajada de tipos del Banco Central Europea (0,25 puntos) debe ser el principio de un descenso mayor para que sea una buena noticia para la economía de las familias trabajadoras.
El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido bajar un 0,25 puntos el tipo de interés hasta dejarlo en el 4,25 puntos, adelantándose a la Reserva Federal estadounidense. La política monetaria europea desde 2022 ha tratado de controlar la inflación, desbocada por los precios de los combustibles, para contener la demanda. Ahora que las tasas de inflación en Europa se están acercando al objetivo del 2%, ha cambiado de dirección.
La rebaja de tipos supone un ligero abaratamiento para las hipotecas y préstamo y podría contribuir a un mayor dinamismo económico al reducir los costes financieros para las empresas y la rentabilidad del ahorro.
El Consejo del BCE, de hecho, ha explicado que adopta este cambio de rumbo para a “generar cierta aceleración económica que Europa necesita”, al abaratar los préstamos destinados a la inversión y reducir así la carga financiera para las empresas.
Alivio a las familias trabajadoras hipotecadas
Pero voces expertas no pasan de calificar el paso como “un pequeño gesto” dentro de una política monetaria que lleva golpeando la economía de la población trabajadora y la actividad económica demasiado tiempo. Para que el alivio se note en los bolsillos de las familias y personas trabajadoras y estimule la inversión productiva hace falta que el BCE continúe por el camino iniciado.
UGT apunta que “en estos momentos parece poco probable que, en la próxima reunión del BCE, ya en julio, se decida dar continuidad a esta bajada, aunque sí se espera alguna más de aquí a final de año” y da por “casi seguro que una relajación mayor, de producirse, se retrasaría a 2025, si la inflación muestra un descenso persistente”.
Esta organización de trabajadores y trabajadoras, advierte de que la política de tipos altos ha supuesto “que la carga de intereses en las hipotecas de las familias ha sufrido una escalada que ha supuesto para muchas un coste difícil de asumir, quebrantando de esta forma la capacidad de compra de una gran mayoría de las personas trabajadoras y afectando de manera determinante a su calidad de vida”.
Para CCOO, esta bajada de tipos es “un primer paso para aliviar a las familias hipotecadas, al mismo tiempo que facilita la realización de inversiones empresariales y reduce la carga de los intereses de la deuda a los Estados y a las empresas”. Pero, la juzga, insuficiente.
Por eso, reclama que la reducción del precio del dinero “prosiga y se consolide” en próximas reuniones del Consejo de Gobierno, de modo que sirva de apoyo a “las prioridades de política económica de la UE”.
La central sindical plantea abiertamente que la política monetaria del BCE debe favorecer las inversiones verdes a través del establecimiento de “tipos de interés duales”, ya que estas inversiones contribuyen a reducir nuestra dependencia de combustibles fósiles, bajar los precios e impulsar la creación de empleo.
Recuerda este sindicato que “la transición verde necesitará de la inversión de 1,5 billones de euros anuales en Europa, según la Comisión Europea, para sustituir tecnologías contaminantes por tecnologías limpias”. Para ello, no batan políticas fiscales aisladas por parte de los Estados, sino que va a hacer falta “la utilización de todas las políticas de apoyo posibles, incluida la política monetaria”.
Desde UGT critican que la institución que preside Christine Lagarde ignore los indicadores que miden “la buena marcha de la economía como el empleo o el crecimiento”. Este sindicato reclama que el BCE incluya el pleno empleo entre sus objetivos y abandone “el enfoque sesgado que sitúa a los salarios únicamente como un factor de riesgo para la inflación, mientras orilla cualquier análisis objetivo sobre el impacto de las ganancias empresariales, muy cuantiosas desde la pandemia”.
Redactor jefe de Noticias Obreras