Decimos NO a las políticas inhumanas en África

Decimos NO a las políticas inhumanas en África
Como Europa, América y Asia condenan el ascenso y el intento de toma de poder de la extrema derecha, estamos siendo testigos de los regímenes totalitaristas, corruptos y represivos en África Oriental, Central y Occidental.

Sin embargo, hay un rayo de esperanza en el horizonte; la gente joven, conocida como la generación Z, está alzándose y diciendo «no» a las políticas que ignoran las necesidades y aspiraciones de la gente.

Una situación catastrófica que se remonta a unos años después de la independencia

Unos años después de la independencia, la región sufrió una serie de golpes militares que llevaron al poder dictadores tan notorios omo Idi Amin Dada en Uganda, Mobutu Sese Seko en la República Democrática del Congo (antiguo Zaire), Juvénal Habyarimana en Ruanda, Michel Micombero en Burundi, Jean-Bedel Bokassa en la República Centroafricana y Mousa Taore en Mali, por nombrar algunos. Todos estos líderes establecieron Estados unipartidistas que concentraban el poder y la riqueza en manos de grupos minoritarios, dejando a la mayoría de la población languidecer en la miseria. Gradualmente, estos auto-proclamados líderes fueron todos destronados con golpes de estados o guerras de liberación.

Hoy, aunque el sistema de partido único se supone abolido, estos países siguen gobernados por partidos y hombres fuertes quienes no toleran a sus oponentes y hacen todo lo posible para mantenerse en el poder, desde manipular las constituciones, hasta comprar o robar votos. Estados como la República Democrática del Congo, la República Centroafricana, Mali y Burkina Faso siguen asolados por conflictos armados y ataques yihadistas, causando un gran sufrimiento a la población local: inseguridad, muertes prematuras, desplazamientos internos, y campamentos sobrepoblados y antihigiénicos.

La gente joven demanda un cambio radical

El 13 de junio de 2024, estallaron las protestas juveniles en Nairobi y en otras ciudades de Kenia en respuesta al presupuesto aprobado en el parlamento. Los manifestantes amenazaron con asediar el parlamento y exigieron la dimisión del presidente keniano. En un intento de sofocar el movimiento, la armada y la policía disparó con munición real, dejando docenas de muertos, cientos de heridos y muchos manifestantes detenidos. A pesar de esto, los jóvenes se negaron a rendirse y las manifestaciones continuaron durante un mes. El presidente, finalmente, accedió a considerar el proyecto de ley y disolvió el Gobierno.

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El 23 de julio de 2024, los jóvenes ugandeses, inspirados por sus vecinos kenianos, planearon marchar al parlamento para protestar contra la corrupción y el presidente. No tuvieron tanta suerte como los kenianos, ya que la policía antidisturbios se desplegó en gran número alrededor del edificio del parlamento frustrando sus planes, arrestando y encarcelando a unos diez manifestantes, incluyendo a los principales líderes.

La lucha continúa

Los derechos no se consiguen una vez por todas, deben defenderse constantemente. La gente joven de Kenia y Uganda no lograron sus objetivos, pero son un ejemplo de que no podemos aceptar unas malas condiciones de vida. Si nos cruzamos de mano, nada cambiará a nuestro alrededor. Esta gente joven nos reta a levantarnos y luchar por nuestro bienestar y nuestra dignidad.

El camino está lleno de obstáculos y habrá que hacer sacrificios. Rindamos homenaje a los jóvenes kenianos que perdieron la vida en este campo de batalla. Su sangre es la semilla que se ha sembrado y que pronto dará frutos. «Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus amigos» (Juan 15, 13).