Un tratado para respirar mejor

Un tratado para respirar mejor
Foto | icon ade (vecteezy)
Hace algo más de un año (septiembre 2023) hablábamos del «Tiempo de la Creación», una convocatoria anual que sirve para que los cristianos de todo el mundo se reúnan y respondan a la llamada a cuidar de la creación.

En el marco de la iniciativa, actualmente promueven un Tratado sobre Combustibles Fósiles, en la línea de otros pactos internacionales como el de no proliferación de armas nucleares o la eliminación de las minas terrestres. «Es un tratado –explican los promotores– para detener explícitamente la expansión de la explotación de combustibles fósiles y gestionar una transición justa del carbón, el petróleo y el gas hacia energías limpias».

En 2015, en la COP21, la mayoría de los países se comprometieron a «mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales y proseguir los esfuerzos para limitar el aumento a 1,5°C». Sin embargo, el plazo fijado (2030) está a la vuelta de la esquina y las temperaturas globales van en sentido contrario al acordado. Y sabido es, desde hace tiempo, que tal panorama tiene mucho que ver con nuestra adicción a los combustibles fósiles. «El petróleo es nuestra droga. Y estamos enganchados», escribe Susan George.

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