María Greco: “Canarias quiere ser puente, pero la UE la hace frontera inexpugnable”

María Greco: “Canarias quiere ser puente, pero la UE la hace frontera inexpugnable”
María Greco de Dios, técnica de atención a migrantes de la Asociación Sociocultural Entre Mares de Fuerteventura, dará la charla Fronteras que nos interpelan. Canarias: ¿puente o frontera este martes 16 de diciembre, a las 19 horas, en la Escuela de Formación Sociopolítica y Fe Cristiana. El acto se celebra en la Casa de la Iglesia y se puede seguir por Zoom. Para la ponente, “hay una deficiencia en la gestión de la migración latinoamericana, que en Fuerteventura representa el 90%”.

¿Cuáles son las ideas principales de tu ponencia “Fronteras que nos interpelan”?

Primeramente, la idea principal es saber si efectivamente Canarias es un puente como tradicionalmente lo ha sido. Este año nuestra asociación Entre Mares realiza unas jornadas en torno al 18 de diciembre, Día Internacional de las Personas Migrantes, sobre migración con dignidad. Este año la propuesta es abordar lo que son las fronteras, si es una línea geográfica divisoria, pero también es un constructo social e imaginario, que está muy arraigado en la cultura y en la percepción, no tanto que transforma la percepción de cómo las personas conciben la identidad, la pertenencia, la diferencia y la relación con el otro. En una parte es abordar esa realidad y, en otra, es ver cómo el territorio en el que nos encontramos es un nexo de unión con tres continentes, con Europa, con África y con América.

¿De qué se trata?

De ver cómo las relaciones mercantiles y comerciales tienen una fluidez, se promocionan y se muestran las ventajas de poder establecer negocios en el territorio canario por ese nudo que representa y que favorece la comunicación y que favorece la relación comercial. Sin embargo, asistimos diariamente a ver cómo eso que las mercancías y las comunicaciones se mueven con facilidad, pero parece que las personas, sobre todo del continente africano, no tienen esa capacidad y esa facilidad de movimiento.

¿Qué es Canarias en relación a las migraciones?

En Canarias habitamos un territorio que es un ejemplo de esa ambigüedad de los imaginarios fronterizos. Las preguntas que nos planteamos es: ¿estamos en la frontera sur del norte o somos la frontera norte del sur? Y ver cómo son esas relaciones en esa frontera. Es una manera también de poder reflexionar entre todas y entre todos cómo repensar la posición fronteriza de las islas, que puede sernos útiles para afrontar uno de los mayores retos que asola nuestro mundo contemporáneo, que son los movimientos migratorios y el veto a la movilidad, sobre todo de esas personas del sur hacia el norte.

“Asistimos al sufrimiento y el dolor sistemático de personas que no pueden llegar de otra manera, porque no hay visados para el continente africano”

¿Cuáles son los retos que tienen que afrontar las instituciones públicas?

Es moverse en esta ambigüedad que es el respeto absoluto de los derechos humanos, porque Canarias forma parte de la Unión Europea, forma parte del Estado español, porque es una de las comunidades autónomas, y también es un archipiélago africano por su situación geográfica. Uno de los mayores retos que debe resolver es la defensa de los derechos humanos que hace la Unión Europea, el gobierno del Estado y el gobierno autonómico frente a su vulneración en nuestro territorio. Diariamente, asistimos al sufrimiento y el dolor sistemático de personas que no pueden llegar de otra manera, porque no hay visados para el continente africano y necesitan uno para acceder al territorio de la Unión. Están vetados sus posibilidades de entrar en el territorio, de entrar en Canarias y de entrar en el territorio de la Unión Europea.

¿Y cómo se articula esa fluidez?

La situación geográfica hace que las llegadas de las personas al territorio, la gestión de esas llegadas y la insolidaridad e incumplimiento de la normativa establecida por parte del resto de las comunidades autónomas, se ven dificultada por la insolidaridad con el reparto. Parece que Canarias, por ser el lugar de recepción, debe ser quien asuma esa responsabilidad. Y otra de las cuestiones importantes es que las instituciones deben dejar de hablar ya de crisis migratoria. Después de transcurridos más de 30 años de la llegada de la primera embarcación constatada a las islas, hemos de dejar de hablar de crisis. Y en todo caso, si hay una crisis, es una crisis humanitaria, no una crisis migratoria.

¿Qué papel juegan la sociedad canaria y las ONG, ¿qué papel juegan?

La sociedad civil, aunque parezca lo contrario, porque ahora hay como un ruido con unos amplificadores amplísimos del racismo y de la xenofobia, mayoritariamente no es una sociedad ni racista ni excluyente, porque tiene muy viva en sus genes la inmigración. En cualquier familia ha habido alguien que migró. Entonces, la sociedad civil y las asociaciones en general están muy sensibilizadas, y son muy conscientes de que ellas mismas, o sus familias, sus tíos, sus abuelos, padecieron también, porque nadie migra por gusto, sino por necesidad.

Creo que el aspecto más posiblemente criticable es que nos falta coordinación. Debemos coordinarnos más en la acción, que es lo que a veces está ausente y nos hace menos eficaces a la hora de transmitir un mensaje más claro a la sociedad. Hay una buena predisposición, pero un desconocimiento de muchas organizaciones de la realidad, de gente joven que se está sumando, pero que previamente no aborda tan bien la realidad migratoria canaria. Podemos mejorar en la coordinación, porque hay muchas oportunidades.

“Hay una ausencia de gestión de los movimientos migratorios”

¿Cuál es su balance de la asociación Entre Mares?

Desde que empezamos hace 11 años a ahora, la realidad migratoria del territorio, al menos de Fuerteventura, que es donde estamos y donde llevamos a cabo nuestra labor con el servicio de atención y asesoramiento a la población migrante, la migración ya no es africana y es una de las cosas que no se habla. El 90% de las personas que estamos atendiendo son de origen latinoamericano, no africano, y realmente detectamos que hay una ausencia de gestión de los movimientos migratorios. Y esa falta de gestión a nivel del Estado se traduce en mucho sufrimiento. No se puede seguir permitiendo que las personas lleguen al territorio y no puedan trabajar, tengan que estar dos años en situación de irregularidad administrativa sin poder trabajar. Esa falta de gestión que sigue sin abordar desde la reglamentación, desde el propio reglamento de extranjería.

¿Canarias está siendo puente o frontera?

Canarias quiere ser puente, pero es frontera, porque somos la frontera más al sur de la Unión Europea. Canarias quiere ser puente, porque, además, históricamente, hay lazos de la relación por la proximidad al continente africano, sobre todo, y también a Latinoamérica, aunque lo que pasa es que Latinoamérica, América, Venezuela, Uruguay, Cuba están bastante más lejanos, pero tradicionalmente ha sido un puente. Lo que pasa que, sobre todo, con este nuevo pacto de migraciones, que entra en vigor en 2026, nos van a hacer que seamos, ya no fronteras, sino una frontera inexpugnable.