La Unión Europea comienza a plantar cara a la estrategia de Estados Unidos

La Unión Europea responde a la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que cuestiona la calidad democrática y el modelo político europeo. El presidente del Consejo Europeo, António Costa, y la Alta Representante para la Política Exterior, Kaja Kallas, han rechazado las acusaciones de Washington y han defendido la libertad, el pluralismo y la soberanía política de la UE frente a lo que consideran una injerencia inadmisible
Desde París, Costa advirtió de que “los aliados no se amenazan entre sí con interferir en la vida democrática de los otros”, en una clara respuesta al giro estratégico impulsado por la Administración de Donald Trump, cuyo objetivo es dividir y asaltar la Unión Europea, y que Putin ve con agrado.
“No podemos aceptar una amenaza de interferencia en la vida política de Europa. Estados Unidos no puede reemplazar a los europeos a la hora de decidir cuáles son los partidos correctos y los incorrectos”, subrayó.
El presidente del Consejo Europeo asumió que este nuevo escenario obliga a la Unión Europea a repensar su posición en el mundo. “Las relaciones entre aliados y las alianzas de después de la II Guerra Mundial han cambiado”, afirmó, tras reconocer que los mensajes del vicepresidente estadounidense, JD Vance, y del propio Trump “marcan oficialmente la doctrina de Estados Unidos”.
Ante esta nueva etapa, Costa defendió que Europa debe reforzar su autonomía política desde sus propios valores democráticos. “A los aliados se les respeta. Se respeta la soberanía de los unos y otros”, remarcó, dejando claro que la relación transatlántica no puede construirse desde la imposición.
Un día después, desde Bruselas, la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, se sumó a las críticas al calificar de “ridículas” las acusaciones de Washington, que señalan a Europa como parte del problema por “socavar la libertad y la soberanía políticas”.
“Sabemos que es ridículo. No es cierto lo que están diciendo sobre la Unión Europea. Vengo de un país [Estonia] que no tenía prensa libre, no tenía libertades. Sé de lo que hablo. Conozco la diferencia y puedo decir que Europa es muy libre y muy liberal”, defendió ante la comisión de Exteriores del Parlamento Europeo.
Libertad de expresión, información y poder tecnológico
En su intervención, António Costa puso el acento en una de las cuestiones más sensibles del debate: la relación entre libertad de expresión, derecho a la información y poder tecnológico. Desde la experiencia histórica europea, recordó que “no hay libertad de expresión sin libertad de información” y que esta solo es posible cuando se respeta el pluralismo.
En una crítica directa a los grandes grupos tecnológicos. “No hay libertad de expresión si la libertad de información de los ciudadanos es sacrificada para defender a los oligarcas tecnológicos de Estados Unidos”, advirtió.
Reforzar Europa ante las presiones externas
Ambos responsables europeos coincidieron en la necesidad de que la Unión actúe con mayor cohesión y seguridad ante este nuevo contexto. “En ocasiones se pone en duda el poder de Europa, pero lo que veo es que hay tantos intentos por socavar a Europa que me pregunto, que si Europa no es fuerte por qué tantos intentan minarla. La realidad es que es fuerte”, expresó Costa.
Por su parte, Kallas alertó de que las reacciones al documento de la Administración Trump están generando divisiones tanto entre socios internacionales como dentro de la propia Unión, por lo que pidió “mantener la calma” y seguir trabajando en el propio rumbo europeo sin alimentar una escalada de confrontación.
La reacción conjunta de Costa y Kallas marca un punto de inflexión en las relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos. Por primera vez en años, Bruselas responde de forma directa a un documento estratégico norteamericano que cuestiona sus fundamentos democráticos.
Fisurar Europa: el trasfondo ideológico de la estrategia de TrumpEl documento Natural Security Strategy, aprobado recientemente por la Administración de Donald Trump, no es un texto técnico más sobre seguridad internacional. Según el análisis del economista Carles Manera, se trata de una auténtica hoja de ruta ideológica cuyo objetivo de fondo es debilitar a Europa como actor democrático, social y político en el nuevo orden mundial que se está configurando en este cambio de época. La estrategia parte de un relato que presenta a Europa como un continente en decadencia, sacudido por enormes problemas derivados, según el propio documento, de la migración, señalada como un factor que estaría erosionando una supuesta “cultura europea” concebida como homogénea y cerrada a las aportaciones externas. En ese marco, se llega incluso a fijar un horizonte temporal de apenas veinte años para el total decaimiento europeo. A partir de ahí, Estados Unidos se atribuye a sí mismo un papel casi de salvador. No se trataría, sin embargo, de un nuevo compromiso con la defensa de las democracias europeas, sino de un supuesto “rescate” orientado a apoyar a quienes buscan romperlas desde dentro. En ese punto, Manera advierte de que el documento legitima, de forma más o menos explícita, el respaldo a las fuerzas de ultraderecha, los movimientos racistas y supremacistas y las corrientes anarco-capitalistas que cuestionan de raíz el modelo democrático, social y plural de Europa. Sin embargo, este ataque político a Europa no puede entenderse sin mirar al verdadero eje del conflicto global: China. La gran obsesión económica y estratégica de la Administración Trump no es el continente europeo, sino el imparable avance del bloque asiático en sectores decisivos de la economía mundial. China y la India lideran hoy la producción de maquinaria avanzada, la robótica, la inteligencia artificial, las energías renovables y el control de minerales estratégicos indispensables para la microelectrónica y la industria militar. Mientras la cuota china en las exportaciones mundiales ha crecido de forma sostenida en las dos últimas décadas, Estados Unidos ha retrocedido, perdiendo peso comercial, capacidad industrial y fortaleza monetaria. Además, Pekín controla buena parte de las tierras raras y una parte relevante de la deuda pública estadounidense, lo que convierte cualquier confrontación directa en un escenario complejo. Ante esta realidad, Washington evita el choque frontal con China y desplaza su ofensiva ideológica hacia Europa, a la que presenta como un actor decadente y prescindible. Detrás de ese discurso, Manera identifica una agenda muy concreta. La estrategia estadounidense apunta a eliminar las regulaciones europeas, en beneficio de los grandes grupos tecnológicos —solo hay que leer la reacción de Trump a la multa de 120 millones de euros impuesta por los reguladores europeos a X, la red social propiedad de su aliado Elon Musk–; a forzar un rearme del continente que lo convierta en cliente dependiente de la industria armamentística norteamericana; a debilitar las conquistas sociales que no encajan en la lógica estricta del mercado, como la sanidad pública, la educación y las pensiones; y a utilizar la inmigración como arma electoral, aun sabiendo que esos flujos son imprescindibles para sectores clave de la economía, como la agricultura, la construcción o los cuidados. La conclusión del economista es que el objetivo de la Natural Security Strategy es fisurar Europa, debilitarla desde dentro y alimentar sus disensiones internas para facilitar un dominio geopolítico en el nuevo escenario mundial. Esa estrategia de desgaste se acompaña del impulso a relatos ideológicos excluyentes, de la financiación de infraestructuras mediáticas y del respaldo a las ultraderechas como instrumentos de desestabilización. Lo que está en cuestión es el modelo de sociedad que representa la vieja e imperfecta Europa: la democracia social, el pluralismo, los derechos, la libertad, el Estado del bienestar, la convivencia en diversidad, frente al autoritarismo plutocrático que representa la Administración Trump.
|

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)



