La Revuelta de Mujeres en la Iglesia de Madrid advierte del error teológico de negar el diaconado femenino

La Revuelta de Mujeres en la Iglesia de Madrid ha criticado la respuesta de la Comisión de Investigación y Estudio del Vaticano sobre el diaconado femenino, que achaca a “los miedos y tensiones internas que la cuestión de las mujeres sigue provocando a la Iglesia”, además de advertir del grave error teológico de reservar la equiparación como imagen de Cristo exclusivamente a los varones.
Las mujeres de este colectivo reconocen sentirse “profundamente decepcionadas” por la negativa de la comisión vaticana al diaconado femenino, por entender que se mantienen “los muros” que les impiden acceder a los ministerios ordenados, y en concreto, al diaconado, a pesar de ser existencia histórica durante siglos en la propia Iglesia.
Aunque la resolución no implica un “juicio definitivo”, la decisión de la comisión creada para ofrecer su discernimiento al Papa fundamenta su informe en el estado actual de “la investigación histórica y la teológica”.
En cambio, la revuelta considera que justificar el rechazo al diaconado de las mujeres en “la masculinidad de Cristo pone en riesgo la teología del Concilio Vaticano II”, al considerar como “imagen de Cristo” solo a los varones, olvidando así “la igual dignidad de las mujeres y los hombres”.
Contraria a la plena cristificación de las mujeres
“Esta argumentación, basada en la diferencia sexual, algo constitutivo del ser humano, significaría que las mujeres no son salvadas de la misma manera que los varones, pues no son imagen de Cristo (en su naturaleza humana). Esto, desde una perspectiva teológica y salvífica, tiene una gravedad enorme, pues impide la plena cristificación de las mujeres”, detalla el comunicado de la Revuelta.
Frente al peligro de “confusión antropológica que alinea a la Iglesia con el espíritu de los tiempos”, la entidad demanda “escuchar los signos de los tiempos, entre ellos -sin duda- el clamor por la igualdad y la justicia de género frente a toda forma de poder y violencia contra las mujeres”, para poder actuar en consecuencia frente a “siglos de discriminación y subordinación”.
En su opinión, el documento final del grupo de estudio, que la Revuelta no duda en calificar como “tremendamente ambiguo”, incurre en una equívoca mirada “segregada, benévola y paternalista” hacia las mujeres, para reconocer su “diaconía bautismal” y adjudicarles “una mal entendida dimensión mariana de la sumisión y la complementariedad”, con la que se pretende “contentarnos, como así ha sido desde hace siglos y sigue siendo, con un rol de creyentes “complementarias” y “secundarias”, subraya la Revuelta.
La revuelta, en cambio, advierte de la “contradicción intrínseca” que supone que la jerarquía pretenda, una vez más, “generar procesos de cambio eclesial sin nosotras, las mujeres”.
“La participación en la Iglesia no es una cuestión utilitarista ni tampoco una jerarquía de consagrados y subalternas, sino una diversidad de ministerios eclesiales, que reconoce y otorga la comunidad cristiana a quien posee los dones que Dios le ha dado”, plantea la Revuelta de Mujeres en la Iglesia de Madrid, que denuncia que con esta posición “se apartan así nuestros dones, aspiraciones y deseos más hondos de servicio al Evangelio”.
Tercamente esperanzadas
A su entender, la resistencia al diaconado femenino se debe más al “miedo a la pérdida del privilegio masculino” que a “la audacia evangélica y el reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres instaurada por Jesús de Nazaret”.
El polémico documento, con “una argumentación poco convincente”, como demuestra el hecho de que ha recibido cinco votos en contra y otros cinco a favor de los miembros de la propia comisión, parece haber ignorado, insiste la Revuelta “las propuestas sobre la participación en igualdad que han llegado al Sínodo de la Sinodalidad han sido miles, visibilizando que, en los lugares más olvidados del mundo incluso por la propia Iglesia”,
Este colectivo señala que muchas comunidades cristianas se mantienen vivas, de hecho, gracias “al Espíritu y la tarea diaconal no reconocida de las mujeres” y adelantan que seguirán asumiendo la labor profética del Pueblo de Dios, “como Hijas de Dios e hijas de la Iglesia” e invitan a que “otras y otros creyentes se sigan sumando a esta labor, ciertamente imprescindible”.
Con todo, desde este colectivo se definen “tercamente esperanzadas y llenas del Espíritu santo y transformador, porque la esperanza en el Evangelio no defrauda, porque sabemos de quién nos hemos fiado…, porque la Iglesia siempre necesita voces proféticas en su falibilidad histórica”.

Redactor jefe de Noticias Obreras



