La empresa Panificadora de Alcalá, que abastece a Mercadona, bajo sospecha por reprimir la libertad sindical

La publicación de la candidatura sindical al comité de empresa de Panificadora de Alcalá se ha saldado con un despedido, dos expedientes más, y un traslado, en lo que para el coordinador de CCOO, Roberto Gámez, es un “claro ejercicio de represalia”.
Las últimas decisiones sobre el personal de esta compañía, en opinión del sindicalista, son una estrategia de “persecución y amedrentamiento” para evitar que CCOO concurra a las elecciones sindicales. La empresa fundada en 1955 cuenta con dos centros de trabajo y entre sus clientes figura Mercadona, a la que abastece de todo tipo de elaboraciones de harina. La plantilla ronda las 550 personas, el 80% son trabajadoras y trabajadores migrantes.
En uno de sus centros, que emplea a cerca de 300 personas en tres turnos todos dos días de la semana, el 17 de diciembre, habrá elecciones para elegir a sus representantes en el comité de empresa. En la actualidad está dominado por Valorian, una agrupación creada a partir del sindicato FASGA, considerado por los sindicatos de clase como corporativo.
“El nivel de hartazgo con la dirección y con la representación legal de los trabajadores es muy alto”, advierte Gámez. Este mal ambiente explicaría la presencia de cerca de 50 personas en la lista de CCOO, “cuando lo normal es que cueste convencer a alguien para que de este paso”.
Gámez también critica a los delegados de Valorian por “no haber movido un dedo para evitar la pérdida de unos 700 euros por trabajador establecidos por convenio, ni siquiera protestar por los despidos”.
El sindicato recurrirá los despidos y traslados que no solo no están justificados, sino que atentan, en su opinión, con la libertad sindical. “Pediremos la tutela judicial de derechos fundamentales”, adelante Gámez.
Desde su punto de vista, la empresa se está aprovechando de la vulnerabilidad laboral y del desconocimiento de derechos de una parte significativa de la plantilla para mantener unas condiciones laborales nada atractiva.
“Ni los sueldos, ni los horarios, ni la conciliación resultan atractivos. Pero luego se quejan de que les cuesta encontrar trabajadores”, comenta Gámez, quien confía en que las elecciones dentro de la empresa se celebren en un clima de libertad.
A la espera del día de las votaciones, la delegación comarcal del sindicato trata de informar a la plantilla sobre sus derechos y sobre sus propuestas para mejorar las condiciones laborales y para que los intereses de los trabajadores también cuenten.
Desde la organización de trabajadoras y trabajadores han pedido la intervención de Mercadona de la que la empresa es panificadora es una de sus proveedoras, al entender que “la calidad empieza por el respeto a los derechos laborales y sindicales”, en referencia al lema de la distribuidora: “Calidad somos todos”.

Redactor jefe de Noticias Obreras



