La Economía Social y Solidaria avanza en presencia e impacto

La Economía Social y Solidaria avanza en presencia e impacto
La Economía Social y Solidaria ha presentado su informe anual como viene haciendo desde hace una década como ejercicio de transparencia y rendición de cuentas. La Auditoría Social de la Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria incluye a 731 entidades que desarrollan este modelo económico orientado al bien común y la sostenibilidad.

Según el informe, 177.000 personas participan en la campaña de Auditoría Social: 19.000 trabajadoras, 26.000 voluntarias y 130.000 asociadas, con una destacada presencia femenina que supera el 60%.

Las empresas analizadas, que representan el 76% de las entidades de REAS RdR, registraron en 2025 ingresos por 857 millones de euros y gastos globales de 838 millones, evidenciando su peso económico.

Este año, la memoria incorpora información sobre las estrategias para abordar la diversidad y discapacidad. El 75% de las entidades contemplan medidas para fomentar la diversidad dentro de la organización, y el 81% ha emprendido acciones positivas de impacto social.

El 79% facilita accesibilidad para situaciones de discapacidad, y el 53% dispone de espacios adaptados a diferentes tipos de discapacidad.

El porcentaje de personas con discapacidad en relación con el conjunto de las plantillas ronda el  7% de las personas trabajadoras tiene alguna discapacidad, de las cuales más del 60% son mujeres.

El informe de la Economía Social y Solidaria(ESS) incorpora por primera vez indicadores sobre movilidad sostenible como estrategia para reducir la huella ecológica. El 60,16% ofrece o facilita alguna alternativa o ayuda en lo relacionado con el transporte hacia el centro de trabajo, incluidos el teletrabajo, compartir coche o aparcamiento para bicicletas.

Casi la mitad, el 45,83% de las entidades, facilita un transporte ambientalmente sostenible a las trabajadoras que necesitan desplazarse por necesidades de los proyectos de la propia organización.

El estudio también revela avances en equidad y calidad laboral: la diferencia salarial se sitúa en 1/1,71, el 65% de los puestos de responsabilidad están ocupados por mujeres y el 98% de las entidades emplea lenguaje inclusivo. Además, el 73% mejora los permisos legales de conciliación y el 82% ofrece espacios de cuidado emocional.

El informe revela un aumento significativo en la adopción de medidas de conciliación, tendencia que podría explicarse por una mayor concienciación sobre la importancia de equilibrar vida laboral y familiar, los cambios legislativos recientes, el aprendizaje post-pandemia sobre flexibilidad y teletrabajo, y la creciente profesionalización del sector, que impulsa prácticas más allá de lo exigido por la ley.

En materia ambiental, el compromiso es claro: el 97% aplica criterios de consumo responsable, el 74% reduce o compensa su huella ecológica y el 54% utiliza energía 100% renovable. Asimismo, el 67% opera con finanzas éticas y el 95% practica la intercooperación.

Durante el acto de presentación, la directora general de Economía Social, Aicha Belassir, destacó que la Auditoría Social es “una herramienta estratégica para medir y poner en valor el impacto social y medioambiental de la ESS”.

Desde el ámbito sindical, Mario Risquez (CGT) subrayó que “aquello que no se mide no se puede problematizar y llevar al espacio público”, mientras que Nerea Ramírez Piris (Greenpeace) valoró la ESS como “semilla clave para la transición ecosocial”.

Expertas del consumo, la academia y la administración coincidieron en la necesidad de reforzar este modelo. Eva Kreisler (CECU) elogió la transparencia que “contrasta con lo habitual en empresas convencionales”, y Álvaro Porro (Barcelona Activa) reclamó “un sello legal vinculante” para consolidar la ESS en la contratación pública.

El presidente de CEPES, Juan Antonio Pedreño, cerró el acto destacando la ESS como “herramienta de visibilización del impacto en empleo, gobernanza y sostenibilidad”.

Con este informe, REAS celebra su 30 aniversario y reafirma que la ESS no solo resiste, sino que marca el rumbo hacia una economía más justa, democrática y sostenible.