Desarticulada en Albacete una red internacional de explotación laboral con 322 víctimas liberadas

Desarticulada en Albacete una red internacional de explotación laboral con 322 víctimas liberadas
FOTO | Guardia Civil
Las fuerzas de seguridad han desarticulado en Albacete una red dedicada al tráfico ilícito de personas y explotación laboral en el sector agrario. Once personas han sido detenidas, de las que seis han ingresado ya en prisión, por someter a más de 300 personas trabajadoras en condiciones de cautiverio

La Guardia Civil y la Policía Nacional, en colaboración con la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS), han desmantelado esta organización criminal que operaba en fincas agrícolas de varias provincias españolas.

La operación, denominada “Franciskan-Everest”, se inició en julio de 2024 y ha culminado con la detención de 11 personas, la investigación de otras dos y la liberación de 322 trabajadores, en su mayoría de origen nepalí, de los cuales 294 estaban en situación irregular.

Según fuentes oficiales, la red captaba a personas trabajadoras en países como Nepal y Pakistán, facilitándoles visados turísticos para entrar en el espacio Schengen.

Una vez en Europa, eran trasladados a Barcelona y posteriormente distribuidos por explotaciones agrícolas en Albacete, Alicante, Castellón, Ciudad Real, Cuenca, Murcia, Valencia y Zaragoza.

Las víctimas acumulaban deudas de hasta 11.000 euros con la organización, quedando en situación irregular tras la caducidad de sus permisos.

Condiciones indignas y violencia

La investigación revela que los trabajadores eran alojados en naves y viviendas hacinadas en Villalgordo del Júcar, sin ventilación, con escasos aseos y en condiciones insalubres.

Desde allí eran trasladados en furgonetas, algunas sin medidas de seguridad, lo que provocó varios accidentes, incluido uno mortal que costó la vida a un ciudadano nepalí.

La organización imponía jornadas de hasta 12 horas, cobraba comisiones abusivas por transporte, alojamiento y comida, y en muchos casos pagaba únicamente con alimentos básicos. Además, se empleaba violencia y coacciones cuando los trabajadores reclamaban sus salarios.

Empresas pantalla y fraude documental

Para dar apariencia de legalidad, la red utilizaba testaferros y empresas ficticias de servicios agrícolas, recurriendo a documentación fraudulenta y complejos métodos de engaño. Todo ello les permitió obtener grandes beneficios económicos.

Las autoridades han destacado la magnitud de la operación y la coordinación entre cuerpos policiales y la ITSS para combatir esta grave vulneración de derechos laborales.