Preguntas y respuestas sobre el primer borrador de acuerdo de la Presidencia de la COP30

La Presidencia brasileña de la COP30 ha presentado su primer borrador de negociación, titulado Mutirão Global: unir a la humanidad en una movilización global contra el cambio climático.
El documento busca marcar un punto de inflexión en la acción climática internacional. A continuación, respondemos a las principales preguntas para entenderlo.
¿Qué es exactamente este documento?
Es la propuesta inicial de negociación que la Presidencia brasileña presenta a las Partes. No es una decisión final, ni un texto consensuado. Es un punto de partida político para las negociaciones en Belém.
El propio borrador subraya la importancia de este momento histórico, al describir la COP30 como la “COP de la Verdad”, llamada a “restaurar la confianza y la esperanza en la lucha contra el cambio climático”.
¿Por qué aparece el término “mutirão” y qué significa?
La palabra mutirão procede del portugués brasileño y designa una forma de trabajo comunitario, voluntario y solidario, muy arraigada en barrios populares y zonas rurales de Brasil.
La Presidencia propone “unir esfuerzos en un mutirão global contra el cambio climático”, es decir, una movilización planetaria que involucre no solo a los gobiernos, sino también a pueblos indígenas, comunidades locales, ciudades, juventud, empresas y sociedad civil.
Es un concepto cultural que aporta cercanía, cooperación y corresponsabilidad.
¿Cuáles son las ideas más importantes del borrador?
Tres destacan sobre el resto:
1) Un fuerte anclaje ético y de justicia socioambiental. El preámbulo es más amplio que en borradores anteriores: menciona derechos humanos, igualdad de género, pueblos indígenas, migrantes, personas vulnerables y equidad intergeneracional. Afirma que el cambio climático es “una preocupación común de la humanidad”.
2) Un giro explícito hacia la implementación del Acuerdo de París. Por primera vez en una década se afirma que el ciclo de políticas del Acuerdo de París está plenamente en marcha. El texto lo formula así: “transitar decisivamente desde un énfasis en las negociaciones hacia un enfoque centrado en la implementación”.
3) La idea de una movilización global para mantener vivo el objetivo de 1,5 ºC. El borrador reconoce que la transición es “irreversible y la tendencia del futuro”, pero advierte que el presupuesto de carbono está casi agotado y que se requieren reducciones “profundas, rápidas y sostenidas”.
¿Qué reconoce sobre los avances y las brechas climáticas?
El texto es claro en ambos sentidos:
Avances:
— Reducción de la proyección de calentamiento desde más de 4 ºC hasta entre 1,9 y 2,6 ºC.
— Caída de los costes de las renovables y expansión histórica de la energía limpia.
— Progreso en transparencia, NDC y planes de adaptación.
Brechas:
— Incumplimiento de los países desarrollados antes de 2020, que debían reducir emisiones entre un 25 % y un 40 %.
— Presupuesto de carbono para 1,5 ºC casi agotado.
— Financiación insuficiente, especialmente para adaptación y pérdidas y daños.
— Falta de ambición para eliminar combustibles fósiles.
¿Incluye alguna medida clara sobre combustibles fósiles?
Pese a su tono socialmente avanzado, el texto evita un compromiso directo con la eliminación progresiva de combustibles fósiles.
Solo menciona la necesidad de “eliminar gradualmente los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles”.
Es un paso insuficiente para los países vulnerables y la comunidad científica.
¿Qué propone en materia de financiación climática?
Aquí está la parte más conflictiva del borrador.
1) Si se cumplió o no el objetivo de los 100.000 millones. Incluye dos opciones contradictorias y deja abierto un tercer punto:
— “Acoge con satisfacción el logro del objetivo…”
— “Observa con gran preocupación que no se ha logrado…”
— “Sin texto”.
2) Nuevo objetivo: 1,3 billones anuales para 2035. El texto propone “permitir la ampliación de la financiación hasta al menos 1,3 billones de dólares anuales para 2035”.
3) Adaptación: triplicar o no triplicar. Las opciones van desde triplicar financiación para 2030 o 2035, hasta un diálogo anual para evaluar avances, o simplemente “reconocer la necesidad de un aumento dramático”.
4) Una posible “Facilidad de Implementación de Belém”. Una propuesta (opción 4 del punto 57) plantea crear una facilidad internacional para reducir riesgos de inversión y transformar NDC y planes de adaptación en proyectos financiables.
¿Cómo trata el documento las tensiones comerciales sobre el clima?
Introduce cuatro opciones muy distintas:
- Talleres técnicos con OMC, UNCTAD, ITC…
- Reafirmar que las medidas climáticas no deben ser restrictivas del comercio.
- Crear una Plataforma sobre medidas unilaterales climáticas y comercio.
- Convocar una cumbre global sobre economía y desarrollo sostenible en 2026.
Esta variedad muestra que el debate está completamente abierto.
¿Por qué contiene tantas “opciones”?
Porque no existe todavía consenso. El borrador de Belém es más un mapa de posiciones que un acuerdo. Incluye la visión política de la Presidencia, pero deja abiertas las líneas rojas de los países sobre: finanzas, comercio, adaptación, pérdidas y daños, combustibles fósiles.
Esta técnica es habitual en borradores de primera ronda.
¿Qué aporta el documento en clave social y de justicia?
Bastante. El texto:
— relaciona clima, pobreza y desarrollo;
— reconoce explícitamente la vulnerabilidad de comunidades marginadas;
— vincula biodiversidad y clima;
— subraya la importancia de “proteger, conservar y restaurar” la naturaleza;
— menciona los derechos de pueblos indígenas, migrantes y comunidades locales.
En muchos pasajes es coherente con la visión de “ecología integral” de Laudato si’.
¿Cuál es su principal fortaleza?
Su visión ética y comunitaria, especialmente el concepto del mutirão global, que humaniza el proceso climatológico y apela a la corresponsabilidad global.
¿Cuál es su principal debilidad?
La falta de definiciones claras en los temas más decisivos:
— combustibles fósiles,
— financiación cuantificada,
— arquitectura financiera,
— justicia climática vinculante.
¿Es un buen punto de partida?
Sí, porque:
— introduce una narrativa fuerte;
— reivindica el papel de los pueblos y comunidades;
— busca reactivar el multilateralismo;
— marca un giro hacia la implementación.
Pero también es un texto ambiguo y frágil, que requerirá negociaciones al máximo nivel para convertirse en una decisión real.

Redacción de Noticias Obreras.



