La Pastoral del Trabajo de Guadalajara extiende su presencia y refuerza el acompañamiento a las víctimas de la siniestralidad laboral

La Pastoral del Trabajo de Guadalajara extiende su presencia y refuerza el acompañamiento a las víctimas de la siniestralidad laboral
Bajo el lema “Rostros y retos del mundo del trabajo”, la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara celebró su XIX Jornada Diocesana de Pastoral del Trabajo, en un encuentro marcado por la escucha, la memoria y el compromiso con quienes sostienen la vida desde el trabajo, muchas veces precario e invisibilizado.

La jornada incluyó la exposición itinerante organizada por el Departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española, en el marco del 30 aniversario de la Pastoral Obrera de Toda la Iglesia (POTI) y el Jubileo de los trabajadores.

La muestra ofreció una mirada profunda a las heridas y esperanzas del mundo laboral, recogiendo testimonios de personas trabajadoras, víctimas de accidentes, migrantes, autónomos y colectivos vulnerables.

Los agentes de pastoral obrera se ha propuesto extender la presencia de la Pastoral del Trabajo a todas las Unidades de Acción Pastoral (UDAP), con al menos un equipo por zona, como por ejemplo la UDAP Sur, con parroquias como San Antonio de Padua, San Juan de la Cruz, María Auxiliadora y Santa María Micaela.

Igualmente, quieren consolidar la red de equipos de Pastoral del Trabajo en localidades como Molina, Azuqueca o Brihuega, formadas por personas comprometidas con la realidad laboral de su entorno y apoyar a pequeños emprendedores.

De la misma manera, consideran necesario promover una presencia profética de la Iglesia en el mundo rural, donde el trabajo digno también reclama atención.

Más en concreto, han propuesto incluir una oración mensual por el mundo del trabajo en la liturgia eucarística, como gesto de comunión con quienes sufren explotación, desempleo o siniestralidad laboral.

En el terreno de la defensa de la vida en el trabajo, la Pastoral del Trabajo de la diócesis continuará su labor de hacer visible los accidentes laborales, siguiendo el ejemplo de la parroquia San Antonio de Padua, que cada primer domingo de mes dedica un minuto de silencio y enciende velas rojas en el altar por las víctimas.

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También en esta línea, apuesta por seguir respaldar a la Asociación AVAELA-CLM, que acompaña a víctimas de accidentes y enfermedades laborales en Castilla-La Mancha.

Más a largo plazo, entienden que deben perseverar para coordinar la pastoral con migrantes, personas con discapacidad y comunidad gitana, en defensa de sus derechos laborales y humanos.

El Departamento de Pastoral del Trabajo de la diócesis subrayó que “la Iglesia está llamada a ser aliada de quienes luchan por un trabajo decente, seguro y con derechos”, y reafirmó su compromiso con una pastoral encarnada, que pone rostro y nombre a las injusticias del sistema laboral.